martes, 10 de julio de 2018

Sexo IV: Una sociedad hedonista.



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   Me cito a mí mismo explicando cómo hemos llegado a nuestra cultura del hedonismo:

       Según Max Weber la cultura del capitalismo nace con los puritanos en el Renacimiento. 

   Me cito a mí mismo resumiendo Ética protestante y el espíritu del capitalismo: 

   La obra de Weber se puede resumir en los siguientes puntos:

   1) La nueva ética protestante que surgió en el Renacimiento es la responsable del nuevo sistema capitalista. 

    2) El calvinismo considera que Dios reconoce a aquellos que serán sus elegidos otorgándoles bienes materiales en este mundo. Así, los ricos son los buenos a los ojos de Dios, los pobres los malos. 

   3) De acuerdo con lo dicho en el punto anterior, la ética protestante establece una relación directa entre riqueza y pobreza y la moral. Un rico es bueno, un pobre es malo. 

    4) El deber de todo cristiano es el trabajo. 

   5) El fruto de este trabajo son los bienes materiales, cuya posesión o no nos identifica con los buenos o los ojos de Dios. 

   6) El deber de todo cristiano es tratar de acumular todos los bienes materiales posibles por medio del trabajo. 

   7) La voluntad de beneficio individual es indispensable para que el capitalismo funcione. Nadie se aventuraría a hacer negocios si no quisiese ganar dinero y hacerse rico. 

  8) La nueva moral protestante nos encamina a esa búsqueda de beneficio material. 

    Resumiendo, nuestra cultura valora positivamente la posesión de bienes materiales


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Max Weber



     Además, para que el capitalismo se desarrollase era necesaria una nueva ética individualista. Si no hay voluntad de lucro individual, difícilmente una persona se embarcará en negocios. El  motor del capitalismo es el deseo de los individuos de obtener bienes materiales.

     Esta era la ética protestante del capitalismo hasta más o menos mediados del siglo XIX. Como se ve, fundamentándola había un componente religioso. Era la voluntad de Dios por la que los individuos debían reponder al calling divino. Pero a mediados del siglo XIX la ciencia y la razón acaban por ocupar el lugar de la religión en la cosmovisión occidental. Deja de ser Dios la razón primera de las cosas, para ser la ciencia y la razón las que explican el mundo. De ahí esa frase de Nietzsche de que "Dios ha muerto". Esto supone un cambio importante en la moral de Occidente, porque, si ya no esperamos la vida eterna, estamos obligados a encontrar la felicidad aquí, en esta vida. Antes de la revolución científica, una vida de padecimientos estaba justificada siempre y cuando nos llevase a la vida eterna. Pero, sin vida eterna en la que creer, una vida desgraciada es una vida desperdiciada. Así, los hombres y mujeres de la sociedad científica se ven ante la tesitura de buscar la felicidad aquí. 

   Sin embargo, el capitalismo sigue siendo el sistema mundial. Continuamos, por tanto, con una cultura que encamina a los individuos hacia lo material. 

    De la convergencia del materialismo capitalista y de la obligación de encontrar la felicidad en este mundo, surge el hedonismo capitalista, que ha llegado al extremo en el capitalismo de consumo. Vivimos en una sociedad hedonista, que busca el placer en las cosas materiales. 

   Y el sexo es algo físico (material) y, sobre todo, placentero. Por eso le damos tantísima importancia. Hay sexo por todos lados: las personas hablamos de sexo a todas horas, hay sexo en las películas, han montones de programas de sexo en la radio y la televisión, la pornografía es una de las mayores industrias del entretenimiento, etc... 



  

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