Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López: El Eternauta.

     La wikipedia resume así la obra:

    La trama se centra en una invasión alienígena a la Tierra mediante una tormenta de nieve tóxica que acaba con la mayor parte de la población, y la resistencia de la población de Buenos Aires. Su protagonista es Juan Salvo, el Eternauta, quien en un ejercicio de metaficción narra la historia al propio Oesterheld.

   A mí este cómic me flipó. Es una obra argentina de los años 1957-1959, de aquellos tiempos en los que la ciencia ficción era un subgénero pulp y los cómics estaban considerados como chorraditas para niños de imaginación ligera que se publicaban en revistas los fines de semana. Consecuencia de ello, es que El Eternauta tiene todas las características de los cómics de fantasía y ciencia ficción del a época: 

   a) Es una obra bastante inocente, sobre todo en lo que se refiere a los villanos, sus las armas y la tecnología de la que disponen. 

   b) A veces tiene giros de guión poco verosímiles. 

   c) El dibujo, con tinta china, muy negro, no es nada del otro mundo. 

   Pero no importa. 

   Ese dibujo y esa inocencia le da un aire romántico, nostálgico, que a mí me gana. Por momentos me sentía otra vez como un niño de diez años leyendo Flash Gordon. 

   Oesterheld es un guionista como la copa de un pino. Bajo esta trama de aventuras, utiliza el holocausto para reflexionar acerca de la naturaleza humana. Creo que The Walking Dead se debió inspirar en El Eternauta. Ambas llevan las condiciones de vida de los seres humanos hasta el extremo. En esas circunstancias, todo lo que hay de civilizado desaparece de las personas y solo queda la naturaleza humana en estado puro. En este sentido, el mensaje de El Eternauta es claro: los hombres no son hombres si no colaboran unos con otros. Aquí casi hasta podríamos encontrar una teoría acerca del origen de las sociedades humanas. Mientras no se sabe qué ha sucedido, los hombres son como lobos entre ellos. Se matan por sobrevivir, no hay más que instinto de supervivencia individual. Pero, en el momento en que se saben que se trata de una invasión alienígena, la necesidad de colaborar entre ellos para sobrevivir los lleva a formar grupos. El mensaje de Oesterheld no puede estar más claro: la naturaleza humana es ser un ser social. 

   Los personajes de El Eternauta son un poco planos, pero es que El Eternauta no es una obra de personaje. El protagonista aquí es un personaje colectivo: la especie humana. Y este no es plano en absoluto. 

   Conclusión: Nota 8.5 sobre 10.