jueves, 5 de noviembre de 2020

Daniel Bernabé: La trampa de la diversidad

  
 

 

  La tesis de este libro es que el neoliberalismo perviritio el discurso de la diversidad, del derecho a expresar las diferentes identidades, para afianzar/apuntalar su discurso del individualismo radical y socavar la conciencia de clase trabajadora y desactivar así las reivindicaciones de clase. 

 En la actualidad tenemos una gran clase media a la que se ha despojado de su identidad de clase, a la que desde los medios de comunicación, las series, las películas, etc... se la ha impuesto el discurso de la singuralidad, del individuo diferente. Las personas estamos desesperadas por encontrar una identidad diferenciada de la de los demás. Para que la encontremos, se nos vende un serie de identidades a la carta que cada uno escoge en función de sus inclinaciones: identidad de género, feminismo, veganismo, estilo de vida, etc... Así, la identidad de clase queda subsumida, desparece entre este aluvión de opciones que pone todas al mismo nivel. Bernabé cita varios ejemplos de series y programas de televisión donde podemos encontrar una feminista, un afroamericano, un gay, etc..., pero nunca un trabajador explotado por su jefe. 

   En este proceso juega un papel muy importante el haber convertido la política en un objeto de consumo. Las ideologías originales son vaciadas de significado y se convierten en un elemento más, casi exclusivamente estético, de nuestra identidad. Así Theresa May puede ponerse una pulsera de Frida Kahlo para identificarse con el feminismo, despojando a la identidad de Kahlo de su comunismo militante. 

   El capitalismo neoliberal utilizó la ideología de la postmodernidad para dar cobertura a su amoralidad. Durante el periodo anterior, en la Modernidad, se pensaba que había verdades estables con las que explicar la realidad y actuar sobre ella en consecuencia. La postmodernidad de Lytard, Derridá, Foucault, Deleuze y compañía sostenía, frente a la modernidad, que no hay ideas absolutas, que no existen teorías únicas para explicar el mundo. Todo es relativo y depende de su contexto. Así se destruye cualquier posibilidad de acción real y de transformación de la realidad.

   El neoliberalismo triunfó definitivamente en la arena política cuando obligó a la izquiera a asumir sus presupuestos. Las políticas de los laboristas ingleses, de la tercera vía, del socialismo de Felipe González y Zapatero, era políticas neoliberales desde un punto de vista económico, disimuladas con una pátina de progresismo en algunas medidas sociales como el matrimonio homosexual. En este guerra cultural es donde se siente cómoda la derecha liberal. Mientras discutimos sobre los derechos de tal o cual minoría, dejamos de lado o nos olvidamos del reparto del capital.