INTRODUCCIÓN

 

 

 

 

Aristóteles, en su filosofía, presenta una síntesis innovadora para abordar cuestiones fundamentales sobre el ser y la ciencia, tomando influencias de pensadores anteriores como Heráclito, Parménides y Platón.

En contraposición a Parménides, quien postulaba la existencia de un ser único e inmutable, Aristóteles argumenta que el ser único es una creación de la mente y no una realidad objetiva independiente.

Frente a la visión de Heráclito, que defendía el cambio constante y la ausencia de esencias inmutables, Aristóteles sostiene que existen esencias inmutables y universales que son la base de la realidad.

En relación con Platón, quien afirmaba la realidad ontológica de los universales, Aristóteles propone que los universales son abstracciones de la mente y no tienen una existencia independiente fuera de ella. Según él, solo podemos conocer la sustancia primera de las cosas.

Aristóteles estructura su visión del universo en tres niveles:

a) Mundo físico terrestre: Este nivel comprende las sustancias físicas, las materias primas y los cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego). Estas sustancias son móviles, corruptibles y están compuestas por materia y forma, así como potencia y acto. En este ámbito se encuentran los seres no vivientes, como la materia prima y los elementos, así como los seres vivientes, como las plantas, los animales y los seres humanos, cada uno con su respectiva forma de existencia y funciones vitales.

b) Mundo celeste: Este nivel incluye las esferas y los astros, que son eternos e incorruptibles. Aristóteles postula la existencia de 54 esferas celestiales que conforman este mundo, regido por un orden perfecto y armonioso.

c) Sustancia divina supraceleste: En la cúspide del universo se encuentra la sustancia divina, representada por el concepto de Dios como acto puro, una entidad incorpórea e inmutable que ejerce una influencia trascendental sobre el cosmos.

Con esta concepción del universo, Aristóteles proporciona un marco integral para comprender la naturaleza y la realidad, combinando elementos de la física, la metafísica y la teología en una visión coherente y sistemática.