En Platón ética, conocimiento y política están estrechamente relacionados.
La distinción entre las tres partes del alma proceden del conflicto y del deseo humano. Una persona puede desear a la vez beber agua porque tiene sed y no desearlo porque teme que esté envenenada. Como no es posible aplicar y no aplicar el mismo predicado al mismo sujeto, en el mismo sentido, y a un mismo tiempo, tiene que haber por lo menos dos sujetos distintos. Esto lleva pensar a Platón que el alma tiene dos partes, una apetitiva y otra racional.
En La República añade una tercera parte al alma: la pasional. Esta se ocupa de la conducta honorable y por el enojo y la indignación.
Hay tres tipos de hombre dependiendo qué parte del alma domine en ellos:
a) guerreros: alma pasional. Su virtud es la valentía. Su función es la defender la polis.
b) gobernantes: alma racional. Su virtud es la sabiduría y su función crear las leyes.
c) trabajadores.
La templanza es una virtud que tienen que tener todos. porque «los deseos de la multitud, inferior serán controlados por los deseos y la sabiduría de los pocos seres superiores»
Por encima de estas virtudes, está la justicia, que es la que asegura que cada uno cumpla su función en la sociedad y que dentro de cada hombre cada parte del alma realice su función.
- Un individuo es sabio en virtud de que la razón gobierna en él. Es valiente si el alma pasional gobierna en él. Y si un individuo tiene templanza es porque su razón gobierna a sus apetitos corporales inferiores.
¿Y para ser justo? Es una cuestión de conocimiento.
Platón no llegó a exponer directamente la teoría de las Ideas, pero a partir de obras posteriores de su madurez, como el Fedón, el Fedro y especialmente la República, podemos reconstruir sus conceptos fundamentales.
En su análisis de los niveles de realidad y conocimiento, Sócrates establece una distinción entre el mundo sensible y el mundo inteligible:
a) Mundo sensible: En este plano se encuentra la naturaleza cambiante y transitoria, caracterizada por la doxa o opinión. La doxa se refiere a un tipo de conocimiento incierto, aplicado a lo que está en constante devenir y nunca alcanza un estado de ser definitivo. Se divide en dos:
- Las cosas perceptibles, que corresponden a la creencia.
- Las imágenes de las cosas, que se sitúan en el ámbito de la conjetura.
b) Mundo inteligible: En contraposición al mundo sensible, el mundo inteligible es el reino de la episteme, el conocimiento verdadero y estable. En este nivel se encuentran las Ideas, que son realidades eternas e inmutables. Sócrates argumenta que cuando reconocemos la belleza de un objeto, es porque existe una Idea previa de belleza.
Dentro del mundo inteligible, se distinguen:
- Las Ideas, que representan la razón intuitiva y la inteligencia pura.
- Las realidades matemáticas, que se sitúan entre las Ideas y las cosas. Sócrates destaca la astronomía como la ciencia privilegiada, ya que es donde se encuentran las Ideas en su máxima expresión. Considera que los números son entidades reales y subsistentes, siguiendo una perspectiva pitagórica. Estos números no poseen materia, solo cantidad, lo que los hace similares a las Ideas, ya que la materia es lo que cambia y se puede hacer ciencia con ellos.
El filósofo es el que llega al conocimiento de las ideas. El sofista, que practica la retórica, se queda en la opinión.
El hombre justo será el que conozca la idea de justicia.
Los griegos creían que todo tiende a su propia perfección. Por eso, si conocemos la idea de justicia y de belleza, tenderemos naturalmente a ella.
La lógica ha entrado en la ética y ya se queda para siempre.
El
mejor estado es la monarquía gobernada por un filósofo rey o
algunos de los mejores. Los gobernantes son sabios y justos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario