Musashi cuenta la primera parte de la vida de un joven que quiere convertirse en samurai.
Tenía cierto interés en leerla, porque fue una de las novelas con más éxito de la historia de Japón. Además, por cuestiones profesionales, estoy buscando información sobre todo lo que tenga que ver con el Japón medieval. Y siento decir que me aburrió bastante. Por lo menos es japonesa, no como Shogun, que es una historia absolutamente inverosímil, una historia occidental con personajes japoneses, pero no llega. Es una historia de aventuras sin más. El esquema de la narración es el de toda la vida, el que analizó Campbell en El héroe de las mil caras. Un héroe que vive en una aldea perdida, sale al gran mundo, lleva a cabo una serie de aventuras, supera una prueba final y alcanza el nadir. Esta novela no termina el periplo del héroe, porque es la primera parte de una serie, pero se ve venir el final.
Quizá no me haya gustado porque no encontré nada original en ella, a no ser que los personajes resultan un poco extraños, probablemente porque son japoneses. Por momentos no entendía muy bien por qué actuaban cómo actuaban, pero supongo que eso se debe a que no soy japonés. En lo demás, es la novela de siempre. Este esquema del viaje del héroe iniciático ha servido de base para millones de narraciones. El quid estriba en saber desarrollarlo bien. Y, visto lo visto, se ve en Japón triunfa lo mismo que en Europa. Aventurillas sin más trascendencia. Entretenimiento puro.
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