domingo, 6 de marzo de 2016

Dublineses "Los muertos" (John Huston)



   Con Dublineses me pasa lo mismo que con Ordet. ¿Qué demonios puedo decir de ella? ¿Que es una de las tres mejores películas que he visto en mi vida? Pero tampoco puedo decir que el arte con mayúsculas no puede ser traducido a simples palabras y sólo queda el silencio admirado, porque eso ya lo he hecho con Ordet y ya nadie leería mis posts. Todo sería "es una peli flipante, míradla porque es la hostia" y ya está. Así que trataré de recoger algunas de las razones que les di el otro día a mis alumnos.
   a) Está basada en un relato. La técnica del relato literario y la del corto cinematográfico son similares y está determinada por su longitud. Todo se fía a un golpe final que sorprende al lector/espectador y le da sentido a lo que ha leído/visto hasta el momento. Esto se puede hacer con narraciones breves precisamente por eso, porque son breves. Fiar todo a la revelación final en una narración larga dará la impresión de que no pasa nada. Se sucederán los planos o las páginas y tendremos la sensación de que la narración no ha avanzado. Pero esto no pasa en Dublineses. Aunque hay un golpe final, casi me atrevería a decir que no es imprescindible. Pasan los minutos sin que haya un muerto, una explosión de amor, ni nada de eso. Sólo una escena costumbrista en la que tres hermanas de la buena sociedad irlandesa celebran una cena. Y poco a poco, el espectador bebe las imágenes en las que Huston traza un perfecto reflejo de la sociedad. Realismo en estado puro. La vida cotidiana de la gente que gracias a la maestría de uno de los directores más grandes de la historia resulta infinitamente más interesante que la de cualquier héroe. 
    b) Que el retrato costumbrista sea maravilloso no quiere decir que el final carezca de interés. Todo lo contrario. El golpe final, ya anunciado en el título (Los muertos) es fantástico. No quiero hacer un spoiler, pero le da sentido a todo. ¡Y qué sentido!
   c) La música es alucinante. No soy un melómano. Es más, ni siquiera me gusta la música. Nunca pongo discos en casa y para mí la música es poco más que el acompañamiento de las imágenes en las películas. ¡Pero vaya banda sonora que tiene Dublineses!
    d) Los planos. ¡Madre mía con los planos! Angelica Huston baja por las escaleras con la cabeza cubierta con un pañuelo, oye una música en el piso de arriba y se detiene. Tras ella, enmarcando su cabeza, queda una cristalera. Angelica Huston gira la cabeza y clava la mirada en el infinito. Un auténtico cuadro de anunciación del renacimiento. La Huston como una virgen renacentista teniendo una experiencia mística profana al recordar el amor de juventud. Abajo, su marido muy enamorado de ella, la mira como uno de esos personajes de Murillo. Y luego charlan en el coche que los lleva a casa y hay un juego de espejos que parece sacado de las Meninas. Y el coche cruza un puente como un cuadro impresionista y así toda la película, que es visualmente la mejor que visto en mi vida, y eso que casi no salen de casa.
    Y nada más. A mis alumnos les digo que eviten las interrogaciones y las exclamaciones retóricas en sus comentarios porque son coloquiales. Os pido que me entendáis, porque cuando algo es grande de verdad no se puede reducir a palabras y sólo queda la exclamación admirada o el silencio.
    
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario