Estaban aquí mis cuñados. Pasábamos todo el día haciendo el gamba y tampoco era plan de terminar el día relajándonos con una película de Kurosawa. En casa tenía Radio encubierta en una de esas ediciones que regalan con los periódicos. Parecía una película ligera, pero con buena pinta. El director y guionista era Richard Curtis, el de Nothing Hill, los productores eran los de Nothing Hill, Cuatro bodas y un funeral y Love Actually, tenía buenos actores -Philip Seymour Hoffman, Bill Nighy, Kenneth Branagh y hasta Emma Thompson-, banda sonora con canciones de The Kinks, The Rolling Stones, The Turtles, Jimi Hendrix, Duffy, Procol Harum, Box Tops, The Beach Boys, Dusty Springfield, The Seekers y The Who, y el argumento prometía: Inglaterra, años 60. Narra la historia de Radio Rock, una emisora pirata. En 1966, la BBC sólo emitía dos horas de rock and roll a la semana. Pero la Radio Rock, que inundaba el país de rock y pop 24 horas al día, consiguió una audiencia de 25 millones de personas, más de la mitad de la población. Cuando Carl (Tom Sturridge) es expulsado del colegio, su madre lo manda a pasar una temporada con su padrino Quentin (Bill Nighy), que es el jefe de esa emisora pirata que emite desde un barco en el mar del Norte. (Filmaffinity).
Lo tenía todo para pasar un buen rato. Pero nada. Hacía años que no veía una mierda así. No tiene ni puta gracia, se gastaron un pastón horrible -30 millones GBP-, es larguísima, totalmente inverosímil, carente por completo de tensión narrativa y hasta los actores están sobreactuados. No le encuentro ni una sola razón por la cual perder ciento treinta minutos de vuestras vidas con este bodrio, y, si escribo esto, es sólo para tener un post más y que me suban las visitas.
P.D: Tengo un amigo al que le gustó y mi cuñado dice que a veces se rió. Somos muchos en el mundo y tiene que haber de todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario