Un hombre desea vender su empresa. El problema es que, cuando la fundó, se inventó un presidente ficticio, tras el cual poder ocultarse cuando tuviera que tomar medidas impopulares. Cuando los posibles compradores insisten en negociar cara a cara con el presidente, el propietario se ve obligado a contratar a un actor fracasado para que interprete ese papel. De repente, el actor se da cuenta de que no es más que un títere envuelto en una trama que quizá ponga a prueba su catadura moral. (Filmaffinity)
El jefe de todo esto es una comedia nada original en lo tocante al argumento. Es una comedia de enredos sin demasiada gracia. Tiene algunos gags que te hacen sonreír, pero en general es bastante aburrida. Además, Lars von Trier se pasa por el forro todas las convenciones formales del cine. Por ejemplo, cuando hay una conversación, saca de plano a la persona que está hablando o la desenfoca; no tiene música; o las escenas son una superposición de planos muy parecidos. En lo tocante a esto último, da la sensación de que, en lugar de grabar la intervención de un personaje una y otra a vez hasta que le salió bien -como es lo normal-, grabó cuatro o cinco, seleccionó los fragmentos que mejor quedaban y los juntó. El resultado es muy extraño, porque da sensación de rapidez, pero, al mismo tiempo, descoloca al espectador porque los actores cambian ligeramente de posición, como si se tratase de errores de raccord. Esta actitud formal de romper con las convenciones formales, además de estar más vista que el tebeo, hace que no sea fácil de ver. Quizá estuviese bien en una película con aspiraciones intelectuales, pero esto es una comedia ligera. Si lo hiciese yo o cualquiera de vosotros, seríamos unos inútiles que no tenemos ni idea del arte cinematográfico, pero si lo hace Lars von Trier...
Para mi gusto hace años que Lars von Trier es un director muy sobrevalorado.
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