La oferta en las librerías cada vez es menor. Ya sólo se pueden encontrar los best sellers de turno. Las editoriales, que han perdido su hegemonía, publican cualquier cosa con tal de que el autor pague. Venden prestigio, que es lo único que les queda. Paralelamente, cada vez hay más gente haciendo cosas por internet y autopublicándose. El problema que tienen todos estos autores es darse a conocer. Los lectores compramos lo que conocemos y la mayoría conoce lo que ve en los stands de las librerías. Así las cosas, aquellos autores que se niegan a pagar el chantaje de las editoriales -pagar por publicar y que encima se queden con los derechos de autor-, además de escribir una buena novela, tienen que publicitarla a través de las redes sociales. Desde luego no es el mejor sistema, pero sí es mejor que aquello de los premios literarios amañados y de los libros que se convertían en fenómenos de ventas sólo porque a la editorial les interesaba publicitarlos. Luis Ángel Fernández de Betoño es uno de estos autores que tratan de abrirse camino en el nuevo mapa editorial.
Las Colonias del Sistema Solar: Theia es una novela de ciencia ficción. Esto, además del modo en que conocí su existencia, me predisponen a su favor, así que no sé hasta qué punto soy objetivo en esta crítica. Porque me gustó. Sobre todo porque es divertida.
La reseña que aparece en Amazon es la siguiente:
Año 2.373, la humanidad ha superado una nueva frontera y se expande por el Sistema Solar. Marte, el Cinturón de Asteroides y las lunas de Saturno y Júpiter, han sido colonizados. Estas últimas, agrupadas bajo la bandera de La Federación, son la élite, el primer mundo, en las cuales, la población, disfruta de un nivel de vida inimaginable hasta ahora. En las colonias federales, existe un grupo denominado “Los 10.000”, que sueña con llegar a Theia, un mundo gemelo de la Tierra, situado a veinte años luz, de momento, una distancia insalvable para el ser humano. Con la intención de colonizarlo utilizando terrícolas, mejor adaptados a la vida en un planeta. Pero Owen Jeringan, líder de “Los 10.000”, cree haber encontrado la forma de fabricar un impulsor capaz de alcanzar el ansiado planeta. Gracias a un extraño objeto, al que llaman Singularidad. El problema, es que se encuentra dentro del Cinturón de Asteroides, refugio de los peligrosos piratas espaciales. Para ello, contrata los servicios de Gael Paulsen, un antiguo piloto militar y veterano de la guerra contra Marte, que, junto con un grupo con de incondicionales, tratarán de hacerse con la codiciada Singularidad. Sin embargo, no todos los colonos están de acuerdo, y utilizarán todos los medios a su alcance, para impedir los planes de Owen Jeringan…
Como dije, Las Colonias del Sistema Solar: Theia es divertida. Tiene un montón de acción y varios personajes interesantes. No se trata de ciencia ficción dura. Como toda obra de este género que se precie, plantea una reflexión acerca de a dónde nos lleva nuestra sociedad actual, pero no crea un mundo abstracto y difícilmente comprensible como tristemente nos tiene acostumbrada en los últimos tiempos la ciencia ficción. Las Colonias del Sistema Solar: Theia se entiende perfectamente. Y eso es bueno, porque enseguida podemos entrar en harina y disfrutar con las aventuras y las peripecias de los personajes.
Puestos a buscar paralelismos para orientar al lector, yo diría que Las Colonias del Sistema Solar: Theia es una mezcla a partes iguales entre Isaac Asimov y La Guerra de las Galaxias. La idea de la obra me recuerda al primero, con ese espacio aún por colonizar. Y el desarrollo de las aventuras a la segunda, con esas frenéticas carreras y luchas entre naves espaciales.
En su espíritu también me recordó a las viejas películas de La conquista del Oeste. En aquellas películas los colonos tenían todo un nuevo mundo ante ellos y eso les daba a las historias cierto aire de ilusión por el futuro y por la posibilidad de empezar de cero. La ciencia ficción también nos permite jugar con esta idea de un mundo por colonizar. Así, los personajes de Las Colonias del Sistema Solar: Theia tienen ese aire de western primigenio.
No me gusta poner nota las novelas porque eso depende mucho de la subjetividad del autor e, incluso, del momento en que uno las lea. Pero no me resisto a decir que no parece que desmerezca en absoluto si la comparamos con muchas de las novelas de ciencia ficción que están ganando premios ahora.
Puestos a buscar alguna pega, tarda un poco en arrancar, pero esto no es un defecto exclusivo de de Las Colonias del Sistema Solar: Theia. Casi es una característica del género. A diferencia del cine, literatura de ciencia-ficción necesita tiempo para explicarle al lector cómo es el mundo en el que se mueven los personajes. Algunos narradores magistrales como Dan Simmons consiguen ir haciéndolo poco a poco y que el ritmo de la narración no se resienta, pero no siempre es posible.
Sea como sea, es una novela divertida que invito a leer a los amantes de la ciencia ficción.
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