domingo, 17 de enero de 2016

Al filo del mañana (Doug Liman)






   El punto de partida de la película está bien: un soldado repite una y otra vez el mismo día. Cada vez que muere, vuelve a empezar. Pero no olvida nada, de modo que puede ir aprendiendo y alcanzar así el objetivo -en este caso acabar con una especie alienígena que ha invadido la Tierra-. Esta idea base en manos de un escritor de ciencia ficción decente del estilo de Stanislaw Lem o Philip K. Dick hubiese dado para reflexiones filosóficas acerca de la humanidad y su futuro. Pero el cine comercial de Hollywood no demanda eso. Por lo que parece al gran público lo que le gusta es la acción, explosiones, tiros, peleas y muchos movimientos de cámara. Y esto es exactamente lo que ofrece Al filo del mañana. Una buena idea que se resuelve en nada. Para ese camino -acción- no hacían falta alforjas -la buena idea base-. Hubiese sido mucho más honesto hacer una peli de acción como las de toda la vida -Comando, Rambo, una de Chuck Norris, etcétera- y además se hubiesen ahorrado un pastón en decorados y efectos especiales.

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