sábado, 27 de septiembre de 2014

Winter´s bone (Debra Granik)



     Estamos en la América profunda. Una chica de diecisiete años cuida a sus dos hermanitos pequeños y a su madre loca. Un buen día se presenta un policía en su casa. Su padre estaba en libertad condicional. Para ello había puesto la casa familiar como fianza. Pero no se ha presentado a firmar. Si no lo hace en una semana, los echarán de la casa. Entonces la chica de diecisiete años empieza la búsqueda por el pueblo, un submundo asqueroso donde impera la ley del silencio.
     Si vais por ahí y leéis las críticas de Winter´s bone encontraréis que todas ellas hablan de un thriller duro, áspero, sórdido, que nos enseña las entrañas de la América oscura. También leeréis que se inserta en la corriente de cine independiente modernillo, que siente una especial predilección por el lado oscuro del ser humano y los pasajes desolados y depauperados. Todo ello con un talonaje, una textura, una fotografía y unos escenarios que provocan una continua sensación de frío e inquietud al espectador. Y, por supuesto, una banda sonora muy molona, muy chic y muy moderna. Pero no moderna porque creen nuevos sonidos, sino porque recuperan los viejos, pero dándole una nueva estética para que sean cool. True Detective es el ejemplo más famoso. 
     A mí no me mata este nuevo cine. Pero tengo que reconocer que Winter´s bone tiene cosas bastante interesantes y se deja ver bastante bien. Quizá sea porque, pese a toda esa apariencia de cine moderno, está construida sobre los esquemas de toda la vida. 
      Si hacemos un análisis estructuralista del filme -aunque el estructuralismo no sea moderno ni cool- observaremos con curiosidad y sin sorpresa que está construido en torno al esquema del viaje iniciático que describió Joseph Campbell en El héroe de las mil caras y que aparece desde la Biblia hasta La Guerra de las Galaxias o El Señor de los Anillos. La trama empieza en un pueblo aislado, alejado del gran mundo -es lo que Campbell llama "el ombligo del mundo". En ese mundo hay una carencia -en este caso, un padre que se fugó y una casa a punto de perder-. Aparece un personaje que llama al héroe a la aventura -el policía que le dice que como el padre no aparezca en una semana, se quedan sin casa-. En un principio, el protagonista se niega, pero al final tiene que aceptar la llamada de la aventura. Y entonces empiezan una serie de pruebas que la preparan para la gran prueba final. Aparece un personaje benéfico que lo ayuda -aquí es la figura del tío-. Y termina superando esa gran prueba final para volver a su casa mejorada como persona y solventada la carencia inicial. 
      Además de este clasicismo en la estructura, Winter´s Bone es género negro de toda la vida, aunque ahora le quieran llamar neonoir o indienoir o neologismos por el estilo. Como en cualquier trama de cine o literatura negra, hay un crimen o una desaparición que resolver. El protagonista comienza su búsqueda y poco a poco se va acercando hasta que acaba resolviendo el misterio. Debra Granik sigue punto por punto estos tópicos, aunque les da una pátina moderna haciendo que la protagonista sea una niña de diecisiete años que tampoco es especialmente lista. 
      Pero tampoco quiero poner a parir la película, porque la verdad es que se ve bien y es entretenida. Tiene, para empezar, lo que más me interesa del género negro. No hay una trama que encaja como los engranajes de un reloj suizo. Para nada. En este punto es hasta un poco chapucera. La trama no avanza por encadenamiento -unas pruebas llevan a otras-, como suele pasar en las obras negras que se centran mucho en la acción. Aquí la trama avanza más bien por acumulación, por la insistencia de la niña en preguntar una y otra vez a los vecinos y familiares dónde está su padre. Pero, si dejas un poco de lado la trama, es porque te vas a centrar en los personajes, Y así lo hace Debra Granik. Lo que le importa en Winter´s bone es crear y recrear unos personajes y unos ambientes. Y la verdad es que le sale bien, porque el cuadro final es más que interesante. Por supuesto, ayudada en este aspecto con un par de actuaciones más que aceptables -Jennifer Lawrence y John Hawkes-. 
      En definitiva, una película entretenida para esos días en los que no te apetece romperte la cabeza demasiado. Pero no te dejes camelar por ese aura de cine independiente y modernillo. Es lo de siempre, pero bien hecho.

    P.D. No me he leído la novela en la que está basada, así que no puedo comparar. Pero mi amigo J me dijo que la novela está muy bien para los alumnos.

     

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