sábado, 27 de septiembre de 2014

Crónicas diplomáticas (Bertrand Tavernier)



    Tavernier es un director como la copa de un pino. Tiene altibajos, como todo el mundo, pero si contemplamos su carrera en perspectiva, es más que sobresaliente. La vida y nada más, Capitan Conan, Hoy empieza todo, y otras muchas más que bien merecen el par de horas que duran. 
     Crónicas diplomáticas está basado en un cómic que escribió un tipo que trabajó en el gabinete de Dominique de Villepin. Es una sátira de este mundillo que te deja la sensación de que estamos gobernados por un atajo de inútiles vanidosos. Pero no te agobias, sino que te ríes porque tiene puntos muy buenos.
     Como digo, la película es una sátira. Aristóteles en su poética dice que la risa surge por un alejamiento del punto medio. Se extrae un rasgo de carácter del personaje y se exagera, bien presentándolo por defecto, bien por exceso. En lo que se refiere a la virtud de la autoestima, el defecto sería la inseguridad personal y el exceso la vanidad. En la virtud de la inteligencia, el defecto es la estupidez. Los personajes de Crónicas diplomáticas se mueven siempre por dos únicos rasgos de carácter: la vanidad y la estupidez.  
     Tal y como lo plantea Aristóteles, la comedia tiende a presentar unos personajes planos, porque para hacer reír es necesario aislar uno o dos rasgos y exagerarlos. Muy pocas son las excepciones a esta regla. El Quijote es un personaje redondo, pero Quijotes sólo hay uno. Crónicas diplomáticas es una película bastante plana, pero no creo que eso sea un defecto tan grave como sostienen sus detractores. ¿Qué no es Dies Irae? Pues claro que no, pero tampoco se lo propone. La mayor virtud de Crónicas diplomáticas es que no es pretenciosa. Quiere ser una película liviana, divertida, que te haga pasar un par de horas con una sonrisa en la boca. Y lo consigue, sin la necesidad de ser chavacana ni de enlazar un chiste cada cinco segundos como las sitcom. No emociona porque no se lo propone. Hace reír, que es lo que busca.
      La técnica narrativa es la propia para una comedia de este estilo: movimientos rápidos de cámara para una acción acelerada. 
        Una película más que correcta con un deliberado tono menor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario