martes, 23 de septiembre de 2014

George Lakoff: No pienses en un elefante


    No pienses en un elefante es una reflexión sobre por qué ganan elecciones los republicanos de EEUU, si llevan a la práctica políticas que perjudican a la mayoría de la población -por no hablar de las mentiras y los muertos de la guerra de Irak-. Este reflexión, en principio local, puede aplicarse a cualquier país democrático del mundo. ¿Cómo es posible que votemos en contra de nuestros intereses?
      Lakoff es uno de los mayores especialistas en lingüística cognitiva del mundo. Su teoría es que el cerebro humano se ordena en torno a marcos conceptuales. Estos marcos son estructuras mentales que conforman nuestra forma de entender el mundo. En este sentido, Lakoff no se aleja mucho de ciertos antropólogos como Durkheim o Mary Douglas, que hablaban de “representaciones colectivas”. Para estos, la cosmovisión de los seres humanos se construye a partir de ideas aprendidas en el seno de la cultura y sobre las que no reflexionamos porque las consideramos evidentes. Estas representaciones colectivas funcionan a modo de cimientos sobre las que construimos nuestro pensamiento, entendiendo por pensamiento no sólo los conceptos, sino también los valores y las actitudes. Lakoff expresa esta misma idea, con la salvedad de que lo hace con un lenguaje científico más moderno.
      Lakoff sigue con las ideas de Mary Douglas en Pureza y peligro, no sé porque se lo leyó y le convenció, o porque llegó a las mismas conclusiones por otro camino. Según Lakoff y Douglas, cambiar esos marcos conceptuales es extremadamente difícil, porque operan a nivel inconsciente. Por eso, cuando nos encontramos con un fenómeno que no encaja en esos marcos, o rechazamos inmediatamente.
      La respuesta de Lakoff a por qué votamos a partidos que actúan en contra de nuestros intereses es sencilla: porque apelan a esos marcos conceptuales/ representaciones colectivas. Así las cosas, el voto es una cuestión más inconsciente que consciente.
      La argumentación de Lakoff se centra en concreto en dos marcos conceptuales. Según él, la cultura norteamericana inculca desde niños a sus miembros dos marcos: el del padre estricto y el del padre protector. El padre estricto es ese padre autoritario que disciplina a sus hijos y los educa para luchar en un mundo competitivo en el que triunfarán si son fuertes, seguros y disciplinados. Por el contrario, el marco del padre protector cree que la educación es una tarea cooperativa entre padre y madre, que estos deben comprender y apoyar a sus hijos y darles confianza para que trabajen en armonía con los demás.
        Los norteamericanos proyectan estos dos marcos conceptuales sobre los dos modeles posibles de estado: el estado conservador, autoritario, y el estado socialdemocráta, que protege a los ciudadanos más desfavorecidos.
    Los republicanos ganaron las elecciones porque consiguieron activar el marco conceptual del padre estricto en la mayoría de los votantes estadounidenses. George Bush, con su guerra y todo, era el padre autoritario, los impuestos una carga y no una reinversión en la sociedad, y el matrimonio homosexual una flagrante delito contra la familia.
     Esta parte del ensayo puede ser la más endeble. Pensar y entender el mundo en función de estas metáforas familiares quizá sea un poco rígida. Pero si ampliamos los conceptos de padre autoritario a la máxima grecolatina de que el hombre es un lobo para el hombre y el Leviatan de Hobbes, y al padre protector al buen salvaje rousseauniano, tenemos las dos concepciones del Hombre y la Naturaleza desde los orígenes de la humanidad.
      Lakoff tampoco es un cognitivista radical. No todo el voto se mueve en función de inclinaciones inconscientes. Evidentemente hay mucha gente que reflexiona y hace una elección racional de su voto. Pero hay otra mucha gente que no, y con demasiada frecuencia estos últimos son los que decantan las elecciones.


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