Hay hace una semana que murió Mankell y es un momento como cualquier otro para acordarnos de sus virtudes.
Aunque escribió mucho y bastante variado, Mankell conquistó la fama gracias a sus novelas policíacas, especialmente las de la saga protagonizada por Wallander. Es un representante de eso que se ha dado en llamar la novela negra nórdica o escandinava y que tanto éxito cosechó con el superventas Stieg Larsson.
No soy un gran fan de la novela negra y ya he comentado lo que creo que se debe hacer con este género en otros posts (Benjamin Black, Jöel Dicker, Josephine Tey y Petros Markaris). Y creo que Mankell hace exactamente eso:
En El retorno del profesor de baile Mankell no se preocupa tanto por una trama que sorprenda a la lector dándole vueltas y más vueltas a los acontecimientos, sino que se centra en los personajes. Casi desde el principio sabemos quién es el asesino. La verdadera investigación se centra en los motivos por los que fue asesinado y ello hace que el detective vaya construyendo la personalidad del asesino. Es, en este sentido, más una novela de personaje que de acción. Y no lo hace mal, porque acaba construyendo un personaje redondo lleno de aristas y bastante interesante.
Paralelamente a la personalidad del asesino, el lector va conociendo al protagonista, al que acaban de diagnosticar un cáncer de lengua y que vive angustiado con la idea de la enfermedad y la muerte. Aunque en varias ocasiones dice no saber por qué investiga, el verdadero móvil de la investigación no está tanto en que el muerto sea un antiguo compañero -realmente nunca fueron amigos-, ni la curiosidad, sino darle un sentido a esa vida que se está desmoronando, darle a esa mente que está resbalando hacia la depresión un asidero al que agarrarse -en esto me recuerda mucho a El corazón de las tinieblas, cuando el protagonista se pone a arreglar el barco para tener la mente ocupada y no dejarse arrastrar a la locura de Kurtz-.
Alrededor de estos personajes Mankell construye una trama con todos los atractivos del género: una conspiración nazi a nivel mundial, un pueblecito apartado que acaba convirtiéndose en el eje del mundo, una mujer fatal y todo eso, que no es nada nuevo, pero que funciona.
En definitiva, una buena novela de género negro, que no cambiará la historia de la literatura, pero que hará disfrutar a los amantes del género sin la necesidad de excesos ni trucos baratos.
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