El
multiculturalismo nos lleva al desafío de cómo establecer un Estado
de justicia e igualdad entre tres partes: los que creen que es una
cultura nacional unificada, los que basan su cultura en la identidad
étnica, y los que ven su religión como su cultura. Esto implica que
hay que replantearse los conceptos de nación, identidad étnica, y
religión como base cultural.
El
multiculturalismo no es el viejo concepto de cultura multiplicada por
el número de grupos, sino una cultura nueva internamente plural.
Capítulo
uno: tengo un sueño. ¿Para quién?.
Martin
Luther King luchaba por la igualdad de derechos civiles de los
ciudadanos. Luego se pasó a decir que la discriminación era una
cuestión de raza y se luchó por los derechos de las etnias (por
ejemplo el Black Power), y finalmente por los derechos religiosos
(por ejemplo Malcolm X). Hoy en día todas estas luchas se dan en
forma de discriminación positiva. Se puede luchar contra la
discriminación en todos los campos porque en todos la hay.
Esas tres
tendencias de lucha contra las discriminaciones no son períodos
distintos, sino que se superponen. Cada una tiene intereses
distintos. Para conseguirlas todas habría que buscar una razón
común: los derechos humanos. Pero este concepto de derechos humanos
es ideología, ya que dependen culturalmente.
Capitulo
dos: del sueño al propósito: el triángulo multicultural.
El
primer vértice del triángulo es el estado nación occidental
moderno. Este es una filosofía de dos amalgamas irreconciliables:
por un lado el racionalismo, que supone la búsqueda de un propósito
y una eficacia; y por otro lado el romanticismo, que supone la
búsqueda de un sentimiento como base de toda acción. El primero
crece a raíz de las necesidades económicas y geopolíticas,
mientras que el segundo ofrece una visión romántica de la etnia
como base para la creación del Estado. En la línea romántica
Herder sostenía que la expresión final de una cultura es la
creación de un Estado.
El
segundo vértice es la etnicidad, o lo que es lo mismo, la identidad
cultural. Pero la etnicidad no es una identidad dada por naturaleza,
sino una identificación que se crea a través de la acción social.
El
tercer vértice es la religión. Cualquier teoría sobre el
multiculturalismo debe cuidarse de asumir erróneamente que la
religión y el resto de los hechos sociales son cosas distintas. Como
la religión suena tan absoluta, en situaciones difíciles el
conflicto social que se desprende de los límites étnicos,
nacionales o migratorios se ha transformado en límites religiosos.
Y
en el centro del triángulo, lo que está en juego en todos los
debates sobre la creación de una nación, está la idea de cultura.
Hay
dos conceptos de cultura distintos:
-
El esencialista. Es el más extendido. Parte de Herder y luego lo
perfecciona Frank Boas. Desde su punto de vista la cultura es una
herencia colectiva, un catálogo de ideas y ejercicios que configuran
la vida y los pensamientos individuales y colectivos de todos los
miembros. Esto implica concebir la cultura como una fotocopiadora
gigante que continuamente produce copias idénticas. El problema de
esta visión es que, cuando los contextos cambian, la cultura cambia.
Entonces ya hablaríamos de una nueva cultura, lo que implicaría
aplicar las viejas tradiciones hechas para un contexto viejo a un
contexto actual.
-
El procesual: la cultura cambia continuamente.
Capítulo
tres: el estado nación primera parte: ¿postétnico o pseudotribal?
La
palabra Estado nos remite a una realidad fría y distante, a una
administración organizativa y política. Por el contrario, la
palabra nación suena alentadora y calurosamente emocional. Según el
autor, la nación viene a ser una súperetnia.
Ningún
estado nación es étnicamente neutral y un estado multicultural
parece una contradicción.
¿Cómo
es que los estados occidentales tienden hacia el multiculturalismo?.
A)
el bienestar. La pobreza incrementaría las tensiones con las etnias.
B)
Mística, moral, de que el Estado está ahí para ayudar...
Hay
dos razones para justificar el Estado:
a)
Europa, que viene del romanticismo nacionalista, funda sus estados
actuales en el racionalismo, que redistribuye los bienes y se cuida
de sus ciudadanos.
B) Muy al contrario, Estados Unidos basa su justificación de Estado en
el nacionalismo.
Capitulo
cuatro: estado nación segunda parte: ¿negocio o templo?.
Las
élites estatales dicen: paga los impuestos, obedece nuestras leyes,
y recibirás el mejor trato posible en todas partes. Cuando este
lenguaje no lo consigue, necesitan algo más noble. ¿Y qué hay más
noble que una fe una todos los ciudadanos? Puede ser una cuasi
religión o una religión civil. El nacionalismo se puede vestir con
el manto de la religión hasta en los estados más modernos. Se sitúa
a la Iglesia y la religión en la esfera de la vida privada, pero el
vacío de retórica mística y de ritual se rellenan por una cuasi
religión creada por el Estado. Cada estado es una superetnia
supremamente moral, y el estado nación depende de una red de
valores, lugares y épocas simbólicas que no son más que una
especie de religión.
Las
culturas y religiones civiles difieren de estado a estado.
La
religión funciona como el nacionalismo. Cada proyecto de estado
nación debe crear una comunidad de individuos y necesita moldearlos
y ofrecerles un sentimiento de posesión de una identidad moral
dentro de esa nueva comunidad. Para ello se necesitan una serie de
valores compartidos que el pueblo debe considerar como suyos. Al
final, la identidad moral y la comunidad moral del Estado nación se
confunden.
Capítulo
cinco: la etnia: ¿sangre o vino?.
¿Qué
es una etnia? Las diferencias no son objetivables. Hay individuos
mixtos. Las percepciones de las etnias cambian de cultura a cultura.
En ciertas partes del mundo es posible cambiar de etnia, etcétera.
La
raza tampoco vale como argumento, porque eso sería decir que podemos
predecir de antemano nuestro comportamiento atendiendo al aspecto.
También,
si combatimos la discriminación desde una plataforma étnica,
estamos aceptando que las diferencias étnicas son absolutas.
Es
importante el concepto de reificación: comprensión de los productos
de la actividad humana como si fueran algo más que productos
humanos, tales como hechos de la naturaleza.
La
etnicidad es el producto de las acciones y señas de identidad de un
pueblo, no el producto del trabajo de la naturaleza por sí misma. No
es sangre (natural), sino que es vino (parte de una cosa natural y la
reifica el hombre). La naturaleza no produce vino.
La
identificación entre etnia, nación y estado es etnopolítica.
"La
etnicidad y la etnopolítica utilizan una retórica que trajo
diferencias culturales tomando como base diferencias biológicas.
Tratan de purificar y canonizar las esencias culturales que han
reificado y los que las promocionan demuestran poca intención de
promocionar su política de unidad nacional (…) La unidad
etnopolítica (los bretones y Quebec) no es más natural y biológica
ni más elegante frente a la disidencia que la unidad nacional
(Francia, Canadá)".
La
etnicidad en sí misma no supone una garantía para gozar de derechos
individuales, de igualdad social o incluso del derecho a la libertad
de conciencia. Por ejemplo, en Chiapas son los propios indígenas los
que sojuzgan a sus iguales desde los años 70..
Capítulo
seis: la religión: un equipaje o un sextante.
Al
igual que a la etnicidad, a la religión se le suele dar un carácter
esencial, como si fuese lo único inmutable.
Hablar
de los musulmanes es una falacia, porque no son todos iguales y no
piensan todos lo mismo.
Qué
es ser musulmán, como qué es ser católico, si hay millones de
sectas que se critican y no se consideran musulmanes o católicos
entre ellas. Hay muchísima variedad doctrinal.
Igual
que se reifica la etnicidad, se reedifica la religión. Hay tres
pasos:
Primero:
registrar las congregaciones. Seleccionar unas y dejar fuera a otras.
Las consideramos representación de una comunidad cultural.
Segundo:
congregacionalización. Una vez dado el paso anterior, el Estado
ayuda activamente a formar congregaciones religiosas basadas en unos
lazos nuevos y más estrechos por medio de la promesa de emancipación
de esa secta.
Tercero:
devolución funcional. El Estado hace que las congregaciones le
solucionen problemas y aplaque a los discriminados religiosamente.
Las administraciones locales les dan dinero a las congregaciones para
bibliotecas, educación, servicios sociales, etcétera.
La
religión no es equipaje que te puedas llevar y que no cambie. Es un
sextante porque varía, no es lo mismo ser musulmán en Londres que
en Pakistán.
Capítulo
siete: la cultura: ¿se tiene, se crea, o ambas cosas?.
A
la hora de definir o crear un estado:
-
la nacionalidad como cultura no es postétnica mi postreligiosa.
-
la etnicidad como cultura se basa en una serie de compromisos
culturalmente fermentados, no en puros genes.
-
La religión como cultura no es una cuestión de libros sagrados,
sino de orientaciones dependientes de un contexto.
Cultura:
-
esencialista: es algo que uno posee. Es un objeto final. Se cree que
sus características se han configurado a través de largos procesos
históricos y en la actualidad se piensa que influyen e incluso dan
forma a los actos y a la manera de pensar de los miembros. El
multiculturalismo no consiste en identidades culturales absolutas
porque lo que hay son identidades cruzadas.
-
Procesual.
Para
el autor la cultura es ambos discursos a la vez. Es la reconstrucción
conservadora de una esencia reificada en un primer momento y una
posterior nueva construcción exploratoria de una instancia
procesual. Porque la gente siente que tiene una cultura diferente.
Entonces la reedifica.
Capítulo
ocho: la teoría multicultural primera parte: las rebajas pequeñas.
Aquí
quiere enunciar algunos presupuestos teóricos válidos y comunes a
todas las teorías.
Después
de repasarlas, está de acuerdo con Turner: no se puede definir la
cultura ni a través de la etnia, ni de la religión, ni de la
nación. Esto implica cuestionarse, revisar y relativizar
constantemente los conceptos y principios básicos comunes tanto a
las culturas dominantes como a las minoritarias, con el fin de
construir una cultura común más vital, abierta y democrática.
Capítulo
nueve: la teoría multicultural segunda parte: los valores y lo
válido.
Aquí
sigue a Taylor.
No
podemos enterrar nuestras cabezas en los valores tradicionales de
nuestra cultura reificada, pero tampoco podemos reconocer
indiscriminadamente que cualquier cultura es tan buena como la otra.
Taylor
descarta que alguna idea predominante de justicia o de valor actúe
como juez imparcial.
Luego
habla de Quebec. Los nacionalistas que tienen una visión única y
hermética de cada cultura imponen esa visión de cultura a todos los
demás.
Las
identidades culturales no se desarrollan por sí mismas, sino que se
postulan, imponen, y luego llenan de reglas normativas por medio de
una serie de personas con un determinado interés.
El
concepto fundamental del texto de Taylor es reconocimiento.
Aquí el autor matiza a Taylor: la sociedad multicultural no es un
mosaico de cinco o 20 culturas fijas. Es una red elástica de
identificaciones culturales entrecruzadas.
La
cultura es un proceso discusión y no un conjunto de reglas. El autor
propone diálogo entre todas las identidades y que las diferencias
atraviesen los reificados límites de las demás.
Capítulo
10: la praxis multicultural: lo banal y lo óptimo.
Lo
importante es que no sean culturas identificadas unas frente a otras,
sino una red entrecruzada. No el concepto de "otros", sino
que "nosotros" todos somos multiculturales.
Habla
de convergencia, que son procesos separados de cambio cultural al que
señalan todos en la misma dirección, pero que cada uno toma un
camino distinto hacia el mismo punto en común, el de la
convergencia. El punto en común no necesita definirse por mayoría
hegemónica. Pone el ejemplo de Sothall, Inglaterra.
Capítulo
11: resumen.
La
pregunta es ¿cómo conseguir la igualdad?.
Hay
tres concepciones de derechos:.
A)
derechos humanos: difíciles de cumplir.
B)
derechos civiles: normalmente se limitan a los ciudadanos.
C)
derechos comunitarios: ¿qué tipo de comunidades se deben
reconocer?.
Analiza
los tres vértices del triángulo multicultural para ver si esto del
multiculturalismo…
A)
identidad Estado-nación: se declara postétnica y religiosa.
Postétnica no porque hace uso de ideología tribal. Postreligiosa
tampoco porque tiene religión civil.
B)
identidad étnica (en la práctica etnopolítica): basa su autoridad
en los lazos de sangre y lazos del idioma y la cultura como si fueran
naturales. No es verdad, porque generalmente es algo planificado y
dirigido.
C)
identidad religiosa: proporciona verdades inmutables. Es falso,
porque está enormemente influida por el contexto.
El
término identidad por identificaciones. Identificaciones con algo
que cambia. Recoge así el concepto de cultura procesual, no
esencialista.
El
multiculturalismo no debe reificar las identidades. Debe ser
consciente de que son flexibles y permeables. Pero el concepto de
cultura reificada existe, porque la gente lo siente y lo usa. El
autor prefiere lo de cultura entrelazada, sin las fronteras. Y así
que las personas elijan cuándo, dónde y con quién identificarse, y
cuando elegir un proceso reificador.
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