Probablemente no es la mejor película de John Ford. De hecho, hasta diría que no está ni entre las diez mejores. Pero eso no es óbice para que sea una gran película, con gran ritmo narrativo y unos fantásticos personajes.
La historia es la típica de western. Un sheriff descreído pasa sus días amablemente en un pueblecito cerca de la frontera. Un día el ejército reclama sus servicios para que se interne en territorio indio y rescate a los familiares de unos colonos secuestrados por los indios muchos años antes. La película se llama Dos cabalgan juntos porque un amigo y oficial del ejército acompaña al sheriff en esta aventura.
Podría hacer un análisis exhaustivo de la película, pero creo que no es este el lugar. Un post es un formato breve, pensado para leer en dos minutos. Además, supongo que en la red encontraréis millones de críticas sesudas hechas por académicos reputados. Aquí yo sólo me propongo enumerar algunas de las razones por las que recomiendo encarecidamente ver esta película.
En primer lugar, la fotografía es maravillosa. Sé que en un recuento de razones por las que ver una película nunca debe ponerse de primero la fotografía, porque es algo relativamente secundario en el haber de un filme. Pero es lo que primero llama la atención del espectador con esta película. Pese a que han pasado décadas desde su estreno y las técnicas y la tecnología han avanzado muchísimo, nada más empezar, con los primeros planos, el espectador se queda embebido con la belleza de lo que está viendo. La naturaleza salvaje y agreste son un símbolo perfecto de aquel nuevo mundo por explorar y explotar que era el Oeste americano.
En segundo lugar, los personajes son fantásticos. Nada de personajes planos como sucede con frecuencia en las películas de aventuras –por ejemplo las de Errol Flynn-. Todos los personajes principales aparecen llenos de matices, con sus complejidades y no movidos por una única pasión. Sin ánimo de hacer un spoiler, debéis prestar atención especial al protagonista, ese sheriff cínico que parece únicamente movido por la avaricia. Sabe que la empresa no tiene posibilidad alguna de éxito porque, en el mejor de los casos, si alguno de los secuestrados ha sobrevivido, ya será más indio que colono. Sin embargo, el ejército le obliga a que vaya a buscarlos. Probablemente por lo absurdo de su tarea, el sheriff no parece tener reparo moral alguno en explotar los sentimientos de pérdida de los colonos para sacarles todo el dinero que puede. Pero esto no le impide, cuando los colonos desprecian a la mexicana que ha estado casada con un indio, afearles la conducta y defenderla.
Otra buena razón para ver Dos cabalgan juntos son los conflictos soterrados que surgen de la trama como sin darse cuenta. La estructura de la película es de aventuras. El tono, por momentos, es de comedia, sobre todo en lo que a James Steward se refiere. Sin embargo, poco a poco, Ford despliega ante el espectador una serie de conflictos éticos y morales que te dejan mirando la pantalla mucho tiempo después de que haya terminado la película y preguntándote cómo demonios se puede hacer algo tan profundo y, al mismo tiempo, fácil de ver.
La incapacidad para olvidar y para enfrentarse al luto por la pérdida de una persona querida es la primera cuestión que se plantea al espectador. El conflicto que mueve la trama es la incapacidad de los colonos para asumir que han perdido a sus familiares queridos. Pero Ford es tremendamente hábil planteando este dilema, ya que los familiares no están muertos. Si lo estuviesen, el espectador percibiría el problema como algo ajeno. El drama de esa gente es que no aceptan que sus seres queridos han muerto. Puede que sí, puede que no. Y esta incertidumbre es la que no los deja vivir en paz.
La incapacidad para olvidar y para enfrentarse al luto por la pérdida de una persona querida es la primera cuestión que se plantea al espectador. El conflicto que mueve la trama es la incapacidad de los colonos para asumir que han perdido a sus familiares queridos. Pero Ford es tremendamente hábil planteando este dilema, ya que los familiares no están muertos. Si lo estuviesen, el espectador percibiría el problema como algo ajeno. El drama de esa gente es que no aceptan que sus seres queridos han muerto. Puede que sí, puede que no. Y esta incertidumbre es la que no los deja vivir en paz.
Los prejuicios son otro de los grandes temas de la película. La mexicana rescatada por el sheriff que llevaba viviendo años como la esposa de un indio y la reacción farisaica de los colonos con respecto a ella nos hace pensar acerca del modo en que percibimos los problemas de un modo u otro dependiendo de si nos afectan directamente o no. Los colonos quieren recuperar a sus familiares. La mexicana no lo es. Por eso la tratan como la tratan.
En definitiva: es una película que hay que ver. No deja de fascinarme la facilidad de John Ford para tocar grandes temas con un tono menor.
En definitiva: es una película que hay que ver. No deja de fascinarme la facilidad de John Ford para tocar grandes temas con un tono menor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario