Sobre Isabel Carrasco, Twitter, la libertad de expresión y algunas cosas más.
Los hechos:
Era Lunes por la tarde. La radio da la noticia: Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León, ha sido abatida en un medio de la calle. El asaltante le disparó tres veces a quemarropa y una cuarta vez para rematarla, ya con la víctima en el suelo. El/los asaltante/s se dio/dieron a la fuga en un coche, pero gracias a una rápida y eficaz intervención policial ya han sido detenidos.
Hasta aquí la información que dieron los medios aquella tarde de Mayo.
Isabel Carrasco no era, ni mucho menos, un personaje anónimo. Era, entre otras cosas, conocida por los miembros de su propio partido como "la de los trece sueldos", en alusión a las trece nóminas que cobraba. Era Presidenta de la Diputación de León, era Presidenta del Partido Popular de su Comunidad, diputada y supongo que consejera en varias de esas Cajas de Ahorros que quebraron por su buena gestión. Y así hasta llegar al número trece. Asimismo, a menudo se relacionaba a Isabel Carrasco con Margaret Tatcher por la dureza de su carácter y la implacabilidad con la que aplicaba sus políticas neoliberales.
Por aquellos días, el país pasaba por la peor recesión económica en cien años. Una de cuatro personas en disposición de trabajar carecía de empleo. Más de un millón de familias no tenía ningún ingreso. El número de deshaucios había ascendido a 28000 aquel año y el de familias que habían entregado las llaves de su casa al banco por no poder hacer frente a la hipoteca llegaba casi a 50000. Varias asociaciones benéficas se confesaban superadas por el espectacular aumento de la necesidad de ayudas, y la brecha abierta entre las distintas clases sociales amenazaba con ser insuperable. Paralelamente, los Gobiernos, acuciados por la crisis de deuda pública, ponían en práctica duras medidas de supresión de gastos sociales.
Aunque los medios trataron de ser lo más cautos posibles, este esceanrio se prestaba a la proliferación de la rumorología. En la mente de todos estaba el crimen político.
-Alguien que, desesperado, se cargó al político de turno. -se oía decir a algunos en los bares.
-Se veía venir. -respondían otros.
Era la época de las redes sociales. Millones de Twits, Whatsaps y comentarios de Facebook inundaron la red. La inmensa mayoría fueron respetuosos porque, en el fondo, pocos son los que se alegran de la muerte de alguien. Pero hubo algunos, muy pocos en comparación con los de condolencias, que se congratulaban del asesinato de esta lideresa del partido conservador. Aunque pronto se comunicó que se trataba de una venganza personal y no de un crimen polítco, hubo alguien que animó a continuar con esta acción justiciera y acabar a tiros con toda la clase política, especialmente con los del ala derecha.
Entonces fue el momento de que Fernandez Diaz, ministro del interior del partido conservador en el poder, anunciase que había dado orden a la policía de investigar los mensajes vertidos en las redes sociales. Dos días después, dos personas eran detenidas. Una de ellas, un joven de diecinueve años, fue acompañado por su madre a la comisaría. Los movimientos políticos no se quedaron ahí. Varios altos cargos políticos y creadores de opinión pública alertaron sobre la necesidad de una ley que controlara las expresiones de Facebook o Twitter que pudiesen "exaltar el terrorismo" o "incitar a al violencia". Incluso la prensa progresista se posicionó a favor de regular la red. Sólo algunas voces vieron en este movimiento un atentado a la libertad de expresión. Increíblemente, Durán i Lleida, un político conservador nacionalista, estaba entre ellos.
-Lo que se opone a la democracia es la anarquía. -fue la justificación del Ministro.
Pues bien. Yo sobre todo esto tengo mucho que opinar. Mucho de lo que diré aquí no son ideas originales mías, sino de amigos, cosas que han salido en conversaciones y que recojo. Si no doy la fuente original, es porque sería un engorro de leer.
En primer lugar, me centraré en las palabras del ministro. "Lo que se opone a la democracia es la anarquía". No. Lo que se opone a la democracia es la tiranía. La anarquía es la falta de orden político. Lo que se opone a la falta de orden político es la existencia del mismo, pero este orden puede ser de muchas formas: despotismo, democracia, tiranía, etc... Dentro de los órdenes políticos, el que se opone a la democracia es la tiranía. La democracia es la forma de gobierno por la cual todos los ciudadanos tienen el derecho a expresarse libremente y a que su opinión sea tenida en cuenta por medio de la votación. En esto se opone a la tiranía, que es definida por la RAE como "Abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad.", es decir, un sistema político en el que, entre otras cosas, uno no puede expresarse libremente. De todo esto se deduce que Fernández Díaz ha hecho un uso torticero del lenguaje y que, apropiándose de la palabra, trata de justificar con la democracia prácticas tiránicas. Si somos demócratas, todos tenemos derecho a opinar y expresar lo que nos dé la gana. Incluso aquellos que están en contra de la democracia. A mí personalmente me parecen de muy mal gusto esos comentarios que se alegraban de la muerte de Isabel Carrasco. Me parece feo y hasta de mala persona. Pero no por ello los voy a amordazar. Como demócrata, mi deber está en convencer por medio de la razón, no de la fuerza. Debo afearles su conducta, no prohibirla, por poco que me guste.
Si contemplamos este hecho en perspectiva, no se trata de algo aislado .Como dije en el artículo en el que hablaba de Loïc Wacquiant (aquí), el sistema neoliberal -esa suerte de ley de la selva económica- convierte a millones de personas en parias, gente sin recursos ni oportunidades. Y, en consecuencia, los brotes de descontento son inevitables. En España ya llevamos unos cuantos: scratches, el 15M, Stop Desahucios, la leña brutal contra la policía en la manifestación de Madrid de hace unas semanas, suicidios, etc... Ante esto, el Estado Neoliberal tiende a blindarse: criminaliza y penaliza cualquier disensión. Como dice Wacquant, el estado social se sustituye por el estado penal: leyes contra acampar en Sol, leyes contra manifestarse, se pidieron penas de cárcel a los que le hicieron el scratch a Dolores de Cospedal, a los catalanes que insultaron a los políticos en la puerta del Parlament les piden unas penas absolutamente desproporcionadas, y ahora a aquellos que dijeron cosas que no les gustaron a nuestros gobernantes en Twitter los amenazan con el trullo. Como nuestro sistema legal todavía no preveía la posibilidad de esta forma de disensión, se proponen hacer una ley que lo haga.
En un uso absolutamente manipulador del lenguaje, se engloba bajo la etiqueta "antisistema" todos los movimientos de disidencia, de modo que se ponen al mismo nivel la pederastia, el terrorismo, los perroflautas, los punkies y toda aquella gente que acampó en la Plaza de Sol. El argumento del poder pasa por decir que los demócratas sí tienen representación. Sólo tienen que ir a votar y que unos diputados los representarán sus intereses en el Parlamento. Si no crees en este sistema de representación parlamentaria, eres un antisistema. Quizá muchos de los consumidores de los medios de comunicación no se hayan dado cuenta, pero los acampados de Sol no eran terroristas. Ni siquiera pedían pacíficamente un nuevo orden mundial. Sólo querían que el orden que tenemos fuese justo. A su lado, Gandhi era un terrorista del IRA. Y lo vuelvo a repetir una vez más: tal vez no nos gusten los comentarios que incitaban a acabar con políticos, pero esos comentarios no mataron a nadie. Son palabras y, como dice el refrán, del dicho al hecho hay un trecho.
Dos eslóganes del 15M. Como se ve, sólo son cursis, no violentos. |
Podría seguir durante un buen rato disertando sobre la libertad de expresión, pero esto es un blog y nadie lee artículos de más de cuatro párrafos. Pero no me resisto a señalar que Twitter y Facebook como formas de incitación a la violencia sólo son legislados y sus usuarios criminalizados cuando los comentarios atentan contra el poder. Sólo hay que darse una vuelta por cualquier buscador para ver lo que se dice de los abertzales vascos -por ejemplo de Otegui- o los independentistas catalanes. No soy en absoluto simpatizante del nacionalismo, pero me imagino lo que se hubiese dicho en las redes sociales si, por poner un ejemplo, un militante del Partido Popular de Euskadi, harto del acoso del entorno abertzale, hubiese entrado en barrena y le hubiese pegado cuatro tiros a un borroka. Y dudo mucho que el Ministro de Interior hubiese entrado a legislar por "incitación a la violencia".
Un placer leerte. Es como si te tuviese enfrente con una pedazo jarra de cerveza hablando con nosotros.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que opinas, hubiese querido algo más de 4 párrafos para seguir escuchando tus opiniones al respecto, pues aún queda mucha tela que cortar.
Suerte con tu blog!!
Q razón Curro! Y a Pilar Manjón que le dicen de todo y la amenazan de muerte ná de ná, que es una paria y punto.
ResponderEliminarEn la sección de artículos de opinión, en referencia al Estado moderno como Estado del Control, alguien colgó un enlace a un artículo de hace cuatro años. Por la fecha, es anterior a que comentase el crimen de Isabel Carrasco, pero la verdad es que es un ejemplo clarísimo del modo en que los estados neoliberales contemplan el control del ciudadano. Como se lee en el artículo publicado en El Cuarto Poder, Europa ya se movía en esa dirección hace tiempo. No es que de repente, ahora, con el asesinato de Isabel Carrasco se haya tomado conciencia de la necesidad de controlar los comentarios que la gente vierte en las redes sociales. Hay que ver este suceso en perspectiva. Hace años que el Estado Neoliberal ha dejado de ser el estado social para convertirse en el Estado Penal. El ministro de interior sólo ha aprovechado la oportunidad para convencer a la opinión pública de la necesidad de tener a la gente vigilada.
EliminarOs dejo el enlace. Comenta una ley de hace cuatro años, pero de total y absoluta actualidad.
http://www.cuartopoder.es/casidesnuda/la-ue-vigilara-a-los-ciudadanos-de-opiniones-radicales/210?#comment-168
En respuesta a Aurora. Lo de Pilar Manjón es otro ejemplo clarísimo. De hecho, había pensado en ella, pero, al escribir el artículo, no me venía su nombre a la cabeza. Sólo me venía el de Ángeles Pedraz, y no era el caso. Gracias.
EliminarDe acuerdo en todo, pero el Ministro es Jorge Fernández
ResponderEliminarhttp://estatico.vozpopuli.com/imagenes/NoticiasImagenes/3AC5F048-FBF5-73B8-C454-4B7865BE146F.jpg/resizeFill/879/454/3a5259.jpg
Tienes razón. Fue un lapsus imperdonable. Alonso era el ministro del psoe. Mientras escribía estaba charlando con un colega y se me fue la olla. Ahora lo cambio.
ResponderEliminarCriminalizan lo que les conviene, porque los comentarios en las redes a favor del franquismo, ahí están y nadie dice nada.
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