John Mortimer: Trilogía de Titmuss
John Mortimer |
El mundo de la literatura, como todo lo demás, es víctima de la sociedad de consumo. Hay que comprar y vender y para ello es necesario estar sacando continuamente cosas nuevas. Por desgracia, el mercado editorial se parece más al mundo de la moda y la costura que a lo que debería ser. Estadísticamente, es imposible que surjan tantos autores de calidad al año, de modo que el noventa por ciento de las novedades que encontramos en las estanterías de las librerías es absolutamente prescindible. Best sellers, literatura de consumo, autores que se les consagra con una primera obra que tan sólo promete y poco más. Afortunadamente, de vez en cuando, hay algunas editoriales que, en vez de entregarse a esta vorágine desesperada de búsqueda de la novedad, recuperan viejos autores cuyo único pecado era no habar escrito la última novela totalmente nueva y rompedora en el último año, y, en consecuencia, habían caído en el olvido. Con frecuencia, estos autores injustamente olvidados por culpa de la exaltación de la novedad de la sociedad de consumo, tienen más calidad en una sola de sus líneas que todo el mercado editorial actual junto. Tal es el caso de John Mortimer, recuperado ahora por Libros del Asteroide.
¿John Mortimer era el mejor escritor del mundo? No, pero era un escritor más que correcto.
En España, por ahora, sólo podemos conseguir las dos primeras entregas de la Trilogía de Titmuss, Un paraíso inalcanzable y El regreso de Titmuss. Espero ansioso la aparción de la tercera y, quién sabe, tal vez algo de la saga de Rumpole.
Un paraíso inalcazable es una novela coral ambientada en el apacible pueblo inglés de Rapstone Fanner. El párroco del pueblo, el reverendo izquieridista Simcox ha muerto. Para sorpresa de todos, el reverendo deja toda su fortuna en herencia al ambicioso político tory Leslie Titmuss. Y así empieza una narración que se abre a la vida de la coleeción de personajes que pueblan Rapstone Fanner. La segunda parte de la trilogía, El regreso de Titmuss, se centra en el personaje de Titmuss, su nueva esposa y Fred, el hijo menor del reverendo Simcox.
Ninguna de las dos novelas tiene ese aire pretencioso que tanto nos encontramos en la literatura actual. John Mortimer es un escritor inglés de los pies a la cabeza. No hace nada nuevo. Por momentos uno recuerda la fina ironía de Thomas Hardy e incluso del gran Thackeray. Dos historias menores de vidas casi cotidianas, pero perfectamente contadas. Una visión irónica, casi cómica, que deforma lo justo los personajes y su mundo para que reconozcamos los vicios de la sociedad inglesa, desde el tatcherismo a los neolaboristas de Tony Blair. Y, al mismo tiempo, una historia que trasciende lo local y en la que el lector reconocerá sus propios vicios y virtudes.
Como todas las grandes novelas, no necesita recurrir a un cliff hunger en el primer capítulo para tenernos enganchados hasta el final. La novela se desarrolla apaciblemente, tan apacible como la vida del pequeño pueblo de Rapstone Fanner y su fábrica de cerveza. La tensión, que llega, lo hace hacia el final de las obras y se resuelve elegantemente. No le hacen falta crímenes truculentos ni conspiraciones mundiales. Son las propias pasiones de los personajes las que nos envuelven. Kayser decía que hay tres tipos de novela: las de ambiente, las de acción y las de personaje. Un paraíso inalcanzable y El regreso de Titmuss son novelas de ambiente y de personajes. Y esas son las que me gustan de verdad, las que no supeditan la historia a la ansiedad de saber cómo demonios acaba eso.
Repito una vez más que John Mortimer no es el mejor escritor del mundo, pero merece la pena de verdad leerlo. Titmuss, el ambicioso, tal vez no sea Julian Sorel, pero es un retrato perfecto del ansia de medro y del resquemor social.
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