jueves, 15 de mayo de 2014

Ocho apellidos vascos

Ocho apellidos vascos




    Todo el mundo habla de ella, la película española que más ha recaudado de la historia, está permanentemente en radio y televisión... Todo esto no es mucho decir, porque en esta nómina también están Airbag, Torrente o El Día de la Bestia, películas que tienen algún chistecillo pero que no dejan la más mínima huella. Esto por no hablar de los bodrios de Garci.
  Ocho apellidos vascos es una película total y absolutamente insustancial.
   Un amigo -cuya presencia en este blog empieza a ser fija- me dijo que daba la impresión de que el Dani Rovira tenía cuatro chistecillos más o menos graciosos y que no sabía cómo engancharlos. Entonces los encajó en la estructura típica de la comedia romántica moderna. Y eso es exactamente Ocho apellidos vascos: la típica comedia de Jennifer Aniston o Hugh Grant salpimentada con cuatro chistes de estereotipos de vascos y andaluces -un recurso, por otra parte, bastante manido. De toda la vida se han hecho chistes sobre vascos, gallegos, catalanes, etc... apelando a los tópicos sobre el carácter de los pueblos-. Si en lugar de Clara Lago y Dani Rovira, estuviesen Jennifer Aniston y cualquier otro galán hollywoodiense, y, si en lugar de Andalucía y el País Vasco, fuesen Montana y Utah, por ejemplo, tendríamos una de esas comedias románticas edulcoradas que echan los Sábados por la tarde en Antena 3. 
La ventana en Bilbao
    Hace un par de semanas, el magazine radiofónico de mayor audiencia se desplazó a Bilbao para festejar el modo en que Ocho apellidos vascos desmonta los tópicos sobre las distintas nacionalidades españolas, todo ello con el tonillo progre que tiene este programa. Esto es el colmo de querer aprovechar un fenómeno comercial para llenar cuatro horas de radio y de autobombo, porque Ocho apellidos vascos no desmonta nada de nada. De experimento artístico-sociológico nada.
    En una de esas revistas que dan con los periódicos los Domingos y que sólo sirven para ojear mientras uno está sentado en la taza del wáter, Clara Lago decía que estaban sorprendidos por el revuelo que estaba provocando la película. No leí la entrevista entera -me llegó con el titular-, pero creo que en esta declaración sale a la luz la verdad de la película: que ellos sólo se proponían hacer una chorradita romántico-cómica, sin más pretensiones -cosa que respeto profundamente- y que el resto fue una estrategia comercial que aprovechó el momento.
    El otro día, comentando la película con mis compañeras de trabajo, una me dijo que Ocho apellidos vascos demostraba que la gente quiere ver cosas de aquí. Esto es una verdad a medias. A los españoles no nos gusta el cine español. Prueba de ello es que la inmensa mayoría de las películas que triunfaron en taquilla -El día de la Bestia, Amenábar, etc...- eran cine americano un poco maquillado con escenarios y actores españoles -con la única excepción de Almodóvar, que tampoco me gusta, pero ese es otro tema-. Supongo que esto es normal, porque, a fin de cuentas, el cine americano es el que estamos acostumbrados a ver, nos resulta fácil porque reconocemos las estructuras que sustentan la narración de modo que no tenemos que hacer esfuerzos de comprensión, y por eso nos gusta. Pero los españoles también somos bastante nacionalistas, así que, si el director nos engaña haciéndonos creer que estamos viendo un producto typical spanish sólo con poner actores españoles y paisajes españoles, estamos encantados y llenamos los cines para fomentar nuestro cine. Pues bien. Esto es fomentar nuestro cine también a medias. Fomentamos nuestras productoas -este uso del posesivo en plural es un poco torticero, porque yo no tengo ninguna participación en esas productoras-, pero de cine español nada de nada. Es cine hecho en España, pero con los moldes americanos. Fomentamos copias de segunda, no un producto característico de aquí. -aunque, si lo pienso, el producto cinematográfico característico de España es la enésima película sobre la Guerra Civil, y no sé qué preferiré-.
    Para más inri, Ocho apellidos vascos no me hizo reír absolutamente nada. No porque los chistes sean malos, sino porque ya los había visto en los millones de cortes publicitarios que copan los medios de comunicación, así que no pude quedarme con el componente cómico de la película, y en lo poco que me pude fijar fue en la parte romántica.
    En conclusión: si se ve como una película sin pretensiones, de esas que uno ve con su novia o pareja con una Fanta y unas palomitas, no tengo nada que objetar. Todo tiene su momento y uno no va a estar todo el día viendo cine expresionista alemán. Cuando llego a casa, después de un día duro de trabajo, no me apetece ver Dies Irae, por decir algo. Prefiero algo ligerito que no me haga pensar. Pero si queremos ver en Ocho apellidos vascos algo más, nos estamos equivocando de parte a parte. Recomendada para los incondicionales de la comedia romántica. Hay perversiones de todo tipo. A mí me gustó la primera temporada de True Blood y sé que es una mierda con todas las letras. Pero para nadie más.

El gag en la manifestación que estamos hartos de ver.

Los amigos andaluces. Para mí lo mejor de la peli.

6 comentarios:

  1. Yo incluiría reminiscencias del landismo (elpersonaje de Karra Elejalde, salido de la nada y formado de todos los tópicos posibles y más, serie el equivalente a Paco Martínez Soria, con su boina y su acento aragonés cortando chorizo con una navaja y bebiendo de una bota de vino: gruñón pero íntegro y de buen corazón), unidas a la influencia evidente de Vaya semanita (de donde proceden los guionistas), pero a mí me gustaban más los batasuni de trapo y no estas adaptaciones humanas (aquí un ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=QUseox9VuOU)
    Y que alguien me explique, ¿por qué la protagonista es taxista?

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  2. Comentarios de facebook:

    Ro Tabuyo Yo tampoco me reí,de hecho,no pude ni terminar de verla de lo mala que me pareció.Supongo que piqué y tuve curiosidad en verla por el bombo que le dan.


    Yolanda Conde Yañez Pues yo si me rei. A mi me hizo gracia. Supongo que de vez en cuando me apetece algo mas mundano jajaja


    Tatiana Ses Gon Comparar 8 apellidos vascos con las pelis de Jennifer Aniston es un sacrilegio. Puede que a nivel técnico sean mejores las de la actriz americana,pero yo no me he reído tanto con ellas (o con el resto de comedias románticas que suelen venir del otro lado del charco) como con esta versión made in spain de "Bienvenidos al norte", porque ése es su referente, ése y su copia, también europea,"Bienvenidos al sur". Que la película no es gran cosa, no voy a negarlo, pero cumple lo que promete, que es pasar un buen rato. Y lo consigue no sólo con los gags que se ven en el anuncio, sino durante casi todo el film, porque al final pierde fuelle. Cine palomitas, sí, pero del que logra sacarte alguna carcajada

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  3. Discrepo con que algunas películas taquilleras antes mencionadas, no dejan huella. " Airbag", aunque lejos del Juanma Bajo Ulloa de "Alas de mariposa" y "La madre muerta", tuvo momentos memorables.

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    1. Cuando digo dejar huella es porque pongo el listón muy alto. Huella en mi dejaron Centauros del desierto o El hombre tranquilo. Airbag tuvo grande
      s momentos. Dímelo a mí, que soy del Deportivo y ver esa televisión de fondo con el penalti contra el valencia aún me emociona. Pero de ahí a dejar huella....

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  4. Yo no puedo decir que me defraudara: yo la vi ya esperándome lo peor y lo fue. Inconexa, publirreportajera, ñoña, y lo peor: aburrida. Menos mal que es corta. Y al final salen Los del Río. Jode hablar mal de ella porque por lo visto le gustó mucho a mucha gente y además hayqueapoyarelcineespañol. Pero es que como te hablan de ella hasta en la sopa y es la enésima vez que te tangan de la misma manera (y menos mal que no pagué por ir a verla al cine), pues te apetece destrozarla. Y las dos primeras temporadas de True Blood son grandísimas.

    El Mundo es Nuestro le da dos mil millones de vueltas: https://www.youtube.com/watch?v=m7HqudNRGWw

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    1. Ya. Quizá si no hubiesen hablado de la película hasta en la sopa...
      Y de True Blood habría mucho que hablar. La idea es buenísima, con lo de los vampiros saliendo a la luz pública, lo de la sangre artificial que se vende en tiendas, etc... Pero el desarrollo de la serie es un refrito de tópicos uno detrás de otro. La cachonda del pueblo que se enrolla con el tipo oscuro y aparentemente peligroso, el amigo gracioso, etc... Si el quitas la cubierta, el esquema de la serie es el mismo que el de Crepúsculo. Pero ya te digo que a mí me entretiene. Sé que es muy tramposa y que lo basa casi todo en el cliffhunger, pero lo cierto es que les funciona.

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