miércoles, 20 de noviembre de 2024

Thomas Kuhn




    Kuhn propone una interpretación dinámica e histórica de la ciencia, en contraste con la visión clásica.  

 Crítica a la filosofía clásica de la ciencia

   La concepción clásica (dominada por los positivistas lógicos como Carnap y los popperianos) entiende la ciencia como un proceso acumulativo basado en axiomas y contrastaciones empíricas. Según esta visión:

  • Las teorías científicas se componen de axiomas (principios básicos) que generan teoremas contrastables con observaciones experimentales.
  • La relación entre teorías sucesivas es de reducción, donde las nuevas teorías incorporan los elementos válidos de las anteriores, mejorándolas.
  • El progreso científico es lineal y acumulativo, eliminando errores y conservando "lo bueno".

Kuhn rechaza esta perspectiva:

  • Una teoría científica no es solo un conjunto axiomático de principios abstractos.
  • La relación entre teoría y experiencia es más compleja y no reducible a simples contrastaciones.
  • Las teorías no se suceden por reducción, sino que son inconmensurables: carecen de un marco común para ser comparadas directamente.

 Los ciclos de la ciencia

    Kuhn introduce un modelo cíclico que describe la evolución de las disciplinas científicas a través de tres fases principales:

a) Ciencia normal

  • Es el periodo más largo y estable en la historia de una disciplina.
  • Se basa en un paradigma: un marco teórico y metodológico ampliamente aceptado que guía la investigación.
  • Los científicos trabajan en resolver "puzzles" dentro de ese paradigma, sin cuestionarlo.
  • Ejemplos: la astronomía geocéntrica (siglo V a. C. - siglo XV) o la mecánica newtoniana (siglo XVII - siglo XX).

b) Crisis

  • Ocurre cuando el paradigma dominante enfrenta anomalías (fenómenos que no puede explicar adecuadamente).
  • Estas anomalías generan dudas, provocando incertidumbre en la comunidad científica.
  • Es una fase de confusión, en la que se buscan alternativas al paradigma vigente.

c) Ciencia revolucionaria

  • Es un periodo breve y disruptivo en el que un nuevo paradigma reemplaza al anterior.
  • Ejemplos: la revolución copernicana, la mecánica de Newton, la química de Lavoisier, o la teoría de la relatividad de Einstein.
  • Los paradigmas son inconmensurables: los conceptos y métodos de un paradigma no pueden traducirse completamente a los del otro. Esto implica un cambio profundo en la forma de entender el mundo.

    Tras la revolución, se inicia un nuevo periodo de ciencia normal bajo el paradigma emergente.

 Críticas epistemológicas de Kuhn

  • Kuhn no solo aporta una perspectiva histórica, sino también una reinterpretación de la estructura de la ciencia:
    • El progreso científico no es lineal ni acumulativo, sino un proceso de rupturas periódicas.
    • Las teorías no se validan exclusivamente por contrastación empírica; su aceptación depende del consenso de la comunidad científica.
    • Los paradigmas influyen en lo que los científicos consideran válido o significativo, condicionando su percepción y metodología.

 Qué significa "paradigma" según Kuhn

   El término "paradigma" proviene del griego para (cercano) y deigma (muestra), lo que implica un ejemplo o modelo que sirve como referencia. En el ámbito cotidiano, puede referirse a un ejemplo típico, como Maria Callas como paradigma de cantante de ópera, o Romeo y Julieta como paradigma de amantes apasionados.


    En las ciencias, un paradigma, según Kuhn, se refiere a una estructura conceptual dominante que guía el trabajo de una comunidad científica durante un período de ciencia normal. Esto incluye teorías, métodos, normas y suposiciones compartidas, que no suelen ser cuestionadas mientras el paradigma está vigente. Algunos ejemplos históricos son la mecánica newtoniana en física o la teoría de la evolución de Darwin en biología.


El rol de los paradigmas en la ciencia normal

     Durante un periodo de ciencia normal, los científicos trabajan dentro del marco de un paradigma para resolver problemas específicos, lo que Kuhn describe como una actividad de "resolución de rompecabezas" (puzzle-solving). Esto implica:

- Ampliar el alcance del paradigma: Aplicar sus leyes y conceptos a nuevos fenómenos o áreas de estudio.

- Ajustar el paradigma: Perfeccionar su precisión, como determinar valores numéricos de constantes o mejorar modelos matemáticos.

- Trabajar sin cuestionar el paradigma: Los fundamentos teóricos y metodológicos no se ponen en duda; se asumen como válidos.

   Por ejemplo, durante la era de la mecánica newtoniana, los científicos trabajaron para determinar leyes específicas del movimiento y aplicar la teoría a situaciones nuevas sin desafiar los principios de Newton.


Paradigmas como "visiones del mundo"

Kuhn enfatiza que un paradigma es más que una simple teoría; es una visión del mundo que organiza la forma en que los científicos entienden la realidad. Va más allá de las proposiciones lógicas o axiomas, porque integra:

- Presupuestos teóricos.

- Métodos experimentales.

- Prácticas metodológicas.

- Creencias ideológicas y valores de la comunidad científica.

Generalizaciones simbólicas (principios-guía)

Son fórmulas generales que actúan como guías teóricas dentro del paradigma.

Ejemplos: 

f=m⋅a en la mecánica newtoniana o I=V/R en la teoría de la electricidad.

Características:

No tienen contenido empírico directo (no son verificables ni falsables por sí mismas).

Orientan sobre cómo deben formularse las leyes específicas para explicar fenómenos concretos.

En caso de conflicto con la experiencia, no se abandonan directamente; se ajustan las aplicaciones específicas.

Solo se cuestionan en tiempos de crisis científica.

2. Modelos

Los modelos son interpretaciones intuitivas que guían la investigación científica y pueden ser de dos tipos:

Modelos heurísticos:

No representan literalmente la realidad, sino que son analogías útiles.

Ejemplo: Visualizar un gas como un conjunto de partículas que chocan entre sí.

Modelos ontológicos:

Se consideran representaciones fieles de la realidad.

Ejemplo: El espacio como un contenedor infinito en la mecánica newtoniana.

Función:

Ayudan a los científicos a visualizar qué investigar.

Determinan si una solución es aceptable dentro del paradigma.

3. Valores normativos

Son los criterios que los científicos usan para evaluar teorías o resultados.

Internos:

Simplicidad, coherencia con otras teorías, precisión experimental, reproducibilidad.

Externos:

Utilidad social o económica, compatibilidad con ideologías o creencias predominantes.

Aunque Kuhn reconoció la relevancia de los valores, más tarde los excluyó como componentes esenciales del paradigma porque:

Pueden ser compartidos por distintos paradigmas.

Pueden cambiar dentro del mismo paradigma.

4. Ejemplares

Son ejemplos concretos y específicos que ilustran cómo aplicar las leyes del paradigma.

Ejemplos:

El sistema solar en la mecánica newtoniana.

Los guisantes de Mendel en la genética.

El experimento del plano inclinado en la física clásica.

Función:

Sirven como casos modélicos que los científicos toman como referencia para resolver problemas similares.

Están vinculados a las generalizaciones simbólicas, ya que estas adquieren significado al aplicarse con éxito en los ejemplares.

Aparecen en los manuales y forman parte del aprendizaje de los nuevos científicos.


Resumiendo:

Los modelos orientan la intuición y la interpretación de los fenómenos.

Los ejemplares muestran cómo aplicar las leyes a casos concretos.

Los valores normativos guían la evaluación de las teorías y resultados.

   Esta visión compartida permite que la ciencia avance dentro de un marco unificado, pero también la hace vulnerable a periodos de crisis cuando el paradigma no puede resolver anomalías significativas.


Relación con la comunidad científica

    Un paradigma está íntimamente relacionado con una comunidad científica, que es un grupo de científicos que comparte y trabaja bajo los mismos supuestos y prácticas. Aunque el paradigma y la comunidad están vinculados, Kuhn aclara que no se definen mutuamente: los paradigmas se identifican mediante análisis filosóficos, y las comunidades científicas, mediante métodos históricos y sociológicos.


La matriz disciplinaria

     En ediciones posteriores de su obra, Kuhn reconoció que "paradigma" es un término amplio y difícil de definir, por lo que introdujo el concepto de "matriz disciplinaria", que incluye los componentes esenciales de un paradigma. Sin embargo, el término "paradigma" se ha mantenido en uso por su popularidad y relevancia conceptual.


Revolución científica y cambio de paradigma

1. Ciencia normal y anomalías:

La ciencia normal, según Kuhn, funciona como la "resolución de rompecabezas". Los científicos trabajan dentro de un paradigma, aplicándolo para explicar fenómenos en diversos contextos.
Sin embargo, durante este proceso, a veces se encuentran anomalías, es decir, fenómenos que no encajan bien con las expectativas del paradigma:
Ejemplo 1: Para la mecánica aristotélica, era problemático que un péndulo siguiera oscilando en lugar de detenerse en su punto más bajo.
Ejemplo 2: En biología y geología previas a Darwin, encontrar fósiles de moluscos en los Andes era difícil de explicar.

2. Reacción a las anomalías
En la ciencia normal, las anomalías no son inmediatamente vistas como una amenaza seria al paradigma:
Se consideran casos excepcionales o problemas a resolver en el futuro.
A menudo, se ignoran o se archivan en espera de refinamientos en el paradigma que las expliquen.
Kuhn muestra que, contrariamente a lo que propone Popper (quien sostiene que una falsación directa debería conducir al abandono de una teoría), en la práctica, los científicos no abandonan un paradigma funcional por unas pocas anomalías.

3. Acumulación de anomalías y crisis
Solo cuando las anomalías:
a) Se acumulan significativamente.
b) Afectan áreas clave de la disciplina.
...los científicos comienzan a cuestionar el paradigma. Esto da lugar a una crisis.
Importante: No todas las crisis conducen al abandono del paradigma; si se encuentran soluciones dentro del marco actual, el paradigma sobrevive.

4. Revolución científica
Si no se logra resolver la crisis, puede desencadenarse una revolución científica, caracterizada por:

a) Cambio de paradigma: Un grupo minoritario (a veces solo un individuo) abandona el paradigma anterior y propone uno nuevo, incompatible con el anterior.

b) Nuevas bases conceptuales: Se introducen nuevas generalizaciones simbólicas (principios-guía), modelos y, a veces, valores.

c) Reinterpretación de las anomalías: Lo que antes era una anomalía pasa a ser un ejemplar fundamental del nuevo paradigma. Ejemplo: La selección natural en el paradigma darwinista o el movimiento de los planetas en el modelo copernicano.

5. Persuasión y aceptación del nuevo paradigma.
Para que un nuevo paradigma sea aceptado la minoría que lo propone debe persuadir a la comunidad científica de que es mejor para explicar las anomalías y resolver problemas.
Si tiene éxito, el paradigma anterior es abandonado o relegado.
Este cambio no es solo un avance técnico, sino también un cambio profundo en la forma en que los científicos entienden su objeto de estudio.

6. Ciclo de las revoluciones científicas
Después de una revolución, el nuevo paradigma se establece, y comienza un nuevo período de ciencia normal.
Este ciclo se repite con el tiempo. Cada paradigma enfrenta eventualmente nuevas anomalías que podrían conducir a futuras revoluciones.

Contra el cumulativismo.

El cumulativismo es la idea de que la ciencia avanza acumulando conocimientos que se suman al saber previo, como un río que crece con aportaciones sucesivas. Sin embargo, Kuhn critica esta visión por varias razones:

Rupturas en las revoluciones científicas: 
Durante una revolución científica, no hay continuidad entre el paradigma antiguo y el nuevo. El cambio no es una mera mejora del paradigma previo, sino una transformación radical que redefine cómo se entienden los conceptos y los fenómenos.

Cambios psicológicos (Gestalt): 
Kuhn introduce el concepto de "cambio de Gestalt", tomado de la psicología, para describir cómo un científico puede reinterpretar una teoría o fenómeno de forma totalmente nueva. Esto no ocurre de manera acumulativa o lineal, sino como un cambio repentino y transformador, similar a percibir una misma imagen de dos formas distintas (por ejemplo, una copa o dos perfiles humanos en una figura).

Factores semánticos y epistemológicos: 
En una revolución científica, los términos y conceptos cambian de significado. Por ejemplo, lo que Aristóteles entendía como "movimiento" no es lo mismo que lo que entendemos hoy. Esto implica que no solo cambiamos las explicaciones, sino también el marco conceptual en el que se fundamentan.

La inconmensurabilidad entre paradigmas:
Kuhn argumenta que los paradigmas antiguos y nuevos son inconmensurables, es decir, no se pueden comparar directamente porque:

a) Distintas referencias conceptuales: Cada paradigma redefine los conceptos fundamentales de manera tan radical que parecen hablar de mundos distintos. Por ejemplo, el Sol observado por un astrónomo ptolemaico (que lo considera un planeta orbitando la Tierra) no es el mismo Sol que observa un astrónomo copernicano (un astro fijo alrededor del cual gira la Tierra).

b) Cargas teóricas de la observación: Incluso las observaciones más básicas están influenciadas por el marco teórico del observador. Esto significa que los datos no pueden servir como un terreno neutral para comparar paradigmas, ya que cada uno interpreta las observaciones de forma diferente.

c) Imposibilidad de traducción: No hay un lenguaje común que permita traducir de manera precisa las ideas de un paradigma al otro, porque los términos adquieren significados distintos dependiendo del paradigma en el que se utilicen.

Relativismo y progreso científico.
La inconmensurabilidad plantea el espectro del relativismo, es decir, la idea de que no hay un progreso objetivo en la ciencia, sino que los cambios de paradigma reflejan una transformación en la forma en que los científicos perciben el mundo. Sin embargo:

Kuhn no defiende que todos los paradigmas sean igualmente válidos; reconoce que los nuevos paradigmas se adoptan porque ofrecen una solución más adecuada a las anomalías que el paradigma anterior no podía resolver.

Aunque los paradigmas sean inconmensurables, la ciencia no pierde su carácter progresivo, sino que el progreso se entiende como la resolución de problemas dentro de un marco conceptual determinado, no como una acumulación lineal de verdades universales.

La inconmensurabilidad en la filosofía de la ciencia, según Thomas Kuhn, describe la relación entre dos paradigmas científicos que son incompatibles en términos de lenguaje, conceptos y visión del mundo. Esto no significa que sean incomparables, sino que carecen de un marco común que permita medirlos directamente según un estándar único.

Por ejemplo, paradigmas como la mecánica newtoniana y la relatividad de Einstein son inconmensurables porque utilizan conceptos fundamentales distintos (como la noción de espacio y tiempo). Sin embargo, pueden compararse en términos de su capacidad para resolver problemas científicos, su precisión o su alcance explicativo. Por otro lado, paradigmas como la mecánica newtoniana y el psicoanálisis no solo son inconmensurables, sino también incomparables, ya que pertenecen a disciplinas completamente diferentes y no compiten entre sí.

Kuhn enfatiza que la inconmensurabilidad no implica un relativismo extremo donde todos los paradigmas sean igualmente válidos. A pesar de las diferencias entre paradigmas, es posible evaluar su progreso científico al analizar cómo cada uno aborda los problemas de su tiempo. Por lo tanto, Kuhn defiende un "relativismo inofensivo" que permite hablar de avances en la ciencia sin requerir un marco absoluto común para medirlos.


 


 






martes, 19 de noviembre de 2024

Karl Popper




 Foco en las ciencias empíricas y naturales:

    Popper se centra en ciencias que dependen de la experiencia sensorial, como la física, mientras que tiene poco interés por las matemáticas puras, ya que estas no dependen de la observación.

La pregunta central

    Popper busca explicar por qué las teorías físicas son modelos de buena ciencia y cómo contribuyen al aumento de nuestro conocimiento de la naturaleza.


El criterio de falsabilidad:

    • Una teoría científica debe formularse de tal manera que sea posible concebir un experimento u observación que la contradiga.
    • Cuanto más falsable sea una teoría, mejor, ya que esto permite que sea puesta a prueba rigurosamente.
    • La ciencia progresa no acumulando verdades absolutas, sino descartando lo que es falso.
  • El científico como crítico:

    • Para Popper, un buen científico debe buscar activamente los errores en sus propias teorías y estar dispuesto a refutarlas si la evidencia lo exige.
    • Este enfoque se describe como un "masoquismo intelectual" o una actitud de crítica constante, especialmente hacia uno mismo.
  • Falsacionismo vs. racionalismo crítico:

    • Aunque el falsacionismo es central en su metodología científica, Popper lo enmarca dentro de una filosofía más amplia llamada racionalismo crítico, que aboga por la crítica racional como base del conocimiento, no solo en ciencia sino en todos los aspectos de la vida intelectual.
  • Innovación de Popper:

    • Antes de Popper, el conocimiento se concebía como una búsqueda de verdades; él cambia este paradigma al proponer que el objetivo del conocimiento genuino es descartar lo falso.
    • Esta idea revolucionó tanto la filosofía como la práctica de la ciencia, destacando la importancia de la capacidad de refutación como criterio fundamental para distinguir la ciencia de la pseudociencia.
  • El conocimiento definitivo como ilusión:

    • La mayoría de las personas y los medios suelen interpretar que el objetivo de la ciencia es obtener verdades absolutas sobre la naturaleza.
    • Según Popper, esta expectativa es un error, ya que en las ciencias empíricas no existen demostraciones o certezas absolutas; cualquier teoría siempre estará sujeta a posible refutación en el futuro.
  • Diferencia entre hechos particulares y conocimiento científico:

    • Popper distingue entre constataciones particulares, que pueden ser positivas y definitivas (ejemplo: "Juan está ahora en su casa"), y conocimiento científico, que se refiere a proposiciones universales o hipótesis generales.
    • Los hechos puntuales, aunque útiles en la vida cotidiana, no constituyen ciencia en sí mismos. La ciencia no es un simple registro de datos, sino un esfuerzo por formular teorías generales que expliquen patrones universales de la naturaleza.
  • La ciencia como conocimiento universal:

    • Desde Aristóteles hasta la ciencia moderna, se ha entendido que la verdadera ciencia busca comprender no solo lo que sucede aquí y ahora, sino también lo que ocurre en otros lugares y tiempos.
    • Este conocimiento universal implica teorías que abarcan fenómenos más allá de nuestra experiencia directa.
  • El límite del conocimiento científico:

    • Según Popper, aunque la ciencia busca lo universal, debemos aceptar que nunca alcanzaremos verdades absolutas o finales sobre la naturaleza.
    • Este límite no significa abandonar el objetivo de formular hipótesis generales, sino aceptar que nuestras teorías son siempre tentativas y susceptibles de ser refutadas.
  • El papel de las hipótesis generales:

    • Aunque las hipótesis y teorías científicas suelen resultar falsas con el tiempo, son indispensables para avanzar en el conocimiento.
    • La ciencia progresa probando estas hipótesis, buscando sus fallos y proponiendo nuevas teorías que expliquen mejor la realidad.
  • Constatación histórica:

    • Popper observa que muchas teorías científicas que fueron exitosas y aceptadas en su tiempo (como la teoría de la gravitación de Newton) acabaron siendo refutadas.
    • Aunque estas teorías explicaban y predecían fenómenos con precisión, experimentos posteriores, como los realizados en el marco de la relatividad de Einstein, demostraron sus limitaciones.
    • Este patrón histórico sugiere que incluso las teorías más robustas están sujetas a refutación y no deben considerarse verdades absolutas.
  • Argumento lógico: el "modus tollens":

    • El modus tollens es una regla lógica formal que establece lo siguiente:
      • Si una proposición implica una consecuencia (P → Q) y se observa que la consecuencia no ocurre (~Q), entonces la proposición original (P) es falsa.
      • Ejemplo: Si "si llueve, las calles estarán mojadas" (P → Q), y las calles no están mojadas (~Q), entonces "no está lloviendo" (~P).






  • El modus tollens es crucial en la filosofía de la ciencia de Popper, porque permite poner a prueba las leyes generales. Según este razonamiento:

    • Si una ley universal es verdadera, todos los casos particulares deben cumplirla.
    • Si se encuentra un caso particular que contradice la ley, entonces la ley queda falsada.

    Ejemplo:

    • Ley general: "Todo ser humano tiene una madre."
    • Caso particular: "Juan es un ser humano, pero no tiene madre."
    • Conclusión: La ley general es falsa.

    Popper destaca que basta con un solo contraejemplo bien fundamentado para refutar una teoría científica.                                        

    La actitud crítica y el rechazo del convencionalismo


    Una estratagema convencionalista es un truco o estrategia que busca proteger una teoría de ser refutada, en lugar de aceptar que es falsa. Se hace esto redefiniendo conceptos o cambiando las reglas, de manera que cualquier evidencia contraria quede anulada automáticamente.

     Ejemplo: "Todo ser humano tiene madre"

    Imaginemos que tenemos esta ley universal:
    "Todo ser humano tiene una madre."

    • Según esta ley, todas las personas observadas hasta ahora cumplen la regla porque tienen una madre biológica.
    • Ahora aparece un caso particular que contradice la ley: "Juan es un ser humano, pero no tiene madre."
      Esto debería falsar (refutar) la ley, según el razonamiento lógico.

    Sin embargo, alguien podría usar una estratagema convencionalista y decir:
    "Si Juan no tiene madre, entonces Juan no es un ser humano."

    Con este razonamiento:

    • La ley se salva porque redefine "ser humano" como alguien que necesariamente tiene una madre.
    • Pero al hacer esto, la ley pierde contenido real y se convierte en una mera definición: "Ser humano significa tener madre".

    Popper critica esta actitud porque:

    1. La ley deja de ser científica: Una ley científica debe ser verificable o falsable por la experiencia. Si redefinimos conceptos para protegerla, la ley ya no puede ponerse a prueba.
    2. Se pierde la conexión con la realidad: En lugar de aceptar que un contraejemplo refuta la teoría, se cambia la definición para evitar el problema.
    3. Es deshonesto científicamente: La ciencia busca explicar cómo es el mundo, no hacer malabares conceptuales para que las teorías parezcan correctas.

    Para Popper, este tipo de estrategias no solo bloquean el progreso del conocimiento, sino que también son contrarias a la ética científica, que implica enfrentar los hechos tal como son.                                                                                             

    El objetivo de la ciencia es descubrir verdades sobre la naturaleza, no proteger teorías a toda costa. Si una teoría no resiste un contraejemplo, debe abandonarse o reformularse. Usar una estratagema convencionalista para "salvar" la teoría va en contra de esta idea porque:

    • No se reconoce que la teoría es incorrecta.
    • No se avanza hacia una mejor comprensión del mundo.

                                                                                                      La visión trágica de la ciencia

    Para Popper, la ciencia es un esfuerzo continuo y crítico por formular teorías generales que expliquen el mundo, a pesar de saber que estas teorías pueden refutarse en cualquier momento. La actitud crítica implica buscar activamente hechos que puedan derrumbar nuestras creencias más sólidas. Este enfoque es el núcleo de su filosofía del racionalismo crítico, que defiende la autocrítica como la única actitud racional ante el conocimiento.

  • El problema de la inducción

  •     La inducción consiste en inferir leyes generales a partir de un conjunto limitado de observaciones particulares. Por ejemplo, si observamos repetidamente que el sol sale cada mañana, podemos inducir que "el sol siempre saldrá por la mañana".

  •      En la ciencia moderna, figuras como Francis Bacon y Newton promovieron la inducción como el método fundamental para descubrir verdades universales.

    1. Crítica de Hume:

      • El filósofo David Hume señaló que no existe una justificación racional para la inducción. Aunque asumimos que el futuro será como el pasado (basándonos en la regularidad observada), esta expectativa no tiene un fundamento lógico.
      • Hume argumentó que nuestra confianza en la inducción se basa únicamente en el hábito psicológico, no en un razonamiento válido.
    2. Ejemplo de Russell (el pollo del granjero):

      • Bertrand Russell ilustró el problema con la historia del pollo que, basado en sus observaciones, concluye que el granjero siempre lo alimentará. Esta creencia se rompe trágicamente el día que el granjero lo mata. Este ejemplo subraya cómo la inducción puede llevar a conclusiones erróneas.

    Enfoque de Popper:

    1. Falsacionismo:

      • Karl Popper propone que la ciencia no progresa mediante la verificación de teorías (como implicaría la inducción), sino mediante su falsación. Una teoría científica debe ser formulada de tal manera que pueda ser refutada si los datos empíricos contradicen sus predicciones.
      • En lugar de buscar confirmar nuestras teorías, los científicos deben tratar activamente de demostrar su falsedad. Si una teoría resiste intentos de falsación, se considera corroborada, pero nunca verificada de forma definitiva.
    2. Límite del razonamiento inductivo:

      • Para Popper, ninguna cantidad de observaciones puede garantizar la validez universal de una teoría. Por ejemplo, aunque miles de experimentos confirmen una ley física, basta una sola observación contradictoria para invalidarla.
    3. Valor del falsacionismo:

      • Mientras que la inducción nunca puede justificar racionalmente una teoría, la falsación permite descartar teorías incorrectas con certeza. Esto se basa en el principio lógico del modus tollens, que establece que si una predicción derivada de una teoría es falsa, entonces la teoría misma debe ser falsa.
    • El problema de la inducción resalta la fragilidad de los fundamentos de las creencias generalizadas basadas en la experiencia.
    • En la filosofía de la ciencia, este problema redefine cómo entendemos el progreso científico: no como un proceso de acumulación de verdades verificadas, sino como un proceso de eliminación de errores.
  • La creación de teorías científicas:

    1. El papel de la imaginación:

      • Popper afirma que las leyes y teorías más fundamentales de la ciencia no se derivan de observaciones o de otros conocimientos existentes mediante razonamiento inductivo o deductivo.
      • Estas teorías son productos de la creatividad humana, comparables a las grandes obras de arte. Así como un pintor crea una obra desde su inspiración, un científico formula hipótesis que van más allá de los datos observables.
    2. Ejemplo: Newton y la gravitación universal:

      • Aunque Newton defendió el método inductivo, Popper sostiene que su formulación de la ley de la gravitación no provino de un razonamiento inductivo a partir de observaciones particulares (como el movimiento de los planetas). Más bien, fue el resultado de un momento de inspiración, una hipótesis creativa.
      • Esta ley permitió deducir fenómenos más específicos, como las leyes de Kepler sobre el movimiento planetario o la ley de Galileo sobre la caída de los cuerpos.
    3. Límites del razonamiento deductivo:

      • En algunos casos, una teoría puede derivarse de otras más generales mediante razonamiento deductivo. Por ejemplo:
        • De las leyes generales de la biología, se puede deducir que "todo ser humano tiene una madre".
      • Sin embargo, no todas las teorías pueden deducirse. Las más generales y fundamentales (como la teoría de la relatividad o la mecánica cuántica) no tienen una base previa: surgen de la imaginación.

    Diferencias entre ciencia y arte:

    1. El científico y el artista comparten creatividad:

      • Tanto el científico como el artista dependen de la imaginación y la inspiración para concebir sus obras o teorías.
      • En ambos casos, la creación es un acto libre y no un resultado de reglas fijas.
    2. El científico no se conforma:

      • A diferencia del artista, quien puede considerar su obra terminada, el científico no se queda satisfecho con la creación de una teoría.
      • El científico busca poner a prueba su teoría constantemente, sometiéndola a experimentos, observaciones y análisis críticos que puedan falsarla.

    Relación con el falsacionismo:

    1. La teoría como hipótesis provisional:

      • Una vez formulada, la teoría científica debe enfrentarse a la realidad mediante observaciones y experimentos. Si alguna observación contradice la teoría, esta es falsada y debe ser descartada o revisada.
      • Esto resalta el carácter provisional de las teorías científicas: siempre están sujetas a la falsación, nunca a una verificación definitiva.
    2. Imaginación y rigor:

      • Aunque las teorías nacen de la imaginación, su validez se evalúa con rigor. El científico debe estar dispuesto a abandonar incluso sus teorías más ingeniosas si los datos las contradicen.


    • Popper rompe con la visión tradicional de que la ciencia avanza mecánicamente por acumulación de datos o mediante procesos exclusivamente lógicos.
    • Resalta el papel fundamental de la creatividad en la ciencia, subrayando que el conocimiento no es un reflejo pasivo de la realidad, sino una construcción activa e imaginativa que siempre está en diálogo con la experiencia.

  • La suavización del falsacionismo: 


  •      La "suavización" del falsacionismo de Karl Popper representa un intento de responder a críticas importantes y hacer su enfoque más accesible y útil para la práctica científica. Este ajuste introduce conceptos como corroboración y verosimilitud, que permiten evaluar el valor y la utilidad de las teorías científicas, aunque estas nunca puedan ser verificadas definitivamente.

    Corroboración: un criterio más práctico:

      • La corroboración no equivale a confirmar o verificar una teoría, sino a reconocer que una hipótesis ha resistido intentos serios de falsación.
      • Una teoría que ha sido corroborada múltiples veces y nunca falsada es más útil para la ciencia que una que ha recibido poco o ningún escrutinio experimental.
    1. Ejemplo:

      • Hipótesis (a): "Todos los animales están compuestos de células" → Ha sido corroborada numerosas veces por observaciones y experimentos.
      • Hipótesis (b): "Todos los organismos que existieron alguna vez en Marte fueron unicelulares" → No ha sido corroborada, pues no hay observaciones que la respalden.
      • Aunque ambas son falsables (y por ende científicas), la hipótesis (a) tiene mayor peso y valor por su amplio respaldo empírico.
    2. Valor cognoscitivo:

      • La corroboración permite distinguir entre teorías con distinto grado de utilidad y fiabilidad en la práctica científica. Aunque ninguna puede ser declarada verdadera de forma definitiva, unas son más confiables que otras en función de la evidencia acumulada.

    Verosimilitud: aproximación a la verdad:

      • Popper reconoció que, aunque las teorías científicas probablemente sean todas falsas en algún nivel, no todas son igualmente falsas. Algunas son más verosímiles, es decir, están más cerca de la verdad.
      • La verosimilitud se define como la diferencia entre:
        • Contenido de verdad: Conjunto de consecuencias verdaderas de la teoría.
        • Contenido de falsedad: Conjunto de consecuencias falsas de la teoría.
    1. Progreso científico como aumento de verosimilitud:

      • El avance en la ciencia no consiste en alcanzar verdades absolutas, sino en formular teorías que tengan un mayor contenido de verdad y un menor contenido de falsedad.
      • Ejemplo:
        • La teoría geocéntrica de Ptolomeo y la heliocéntrica de Copérnico. Ambas son falsas en cierto sentido (los planetas no giran en círculos, sino en elipses), pero la teoría de Copérnico tiene más consecuencias verdaderas, como que los planetas giran alrededor del Sol.
        • Esto hace que la teoría heliocéntrica sea más verosímil, representando un progreso respecto al modelo geocéntrico.
    2. Ventaja de la verosimilitud:

      • Permite comparar teorías rivales según su proximidad a la verdad, incluso si ambas son falsadas.
      • Esto da una orientación positiva al falsacionismo, que ya no se limita a descartar teorías, sino también a evaluar cuál es mejor entre las disponibles.

    Problemas y limitaciones del concepto de verosimilitud:

    1. Definición formal:

      • Aunque la idea de verosimilitud es intuitivamente atractiva, ni Popper ni sus seguidores lograron establecer una definición matemática o lógica precisa que funcionara en todos los casos.
      • Por ejemplo, si una teoría tiene más consecuencias verdaderas pero también más consecuencias falsas, no queda claro cómo compararla con otra teoría.
    2. Desafíos filosóficos:

      • ¿Cómo medir el contenido de verdad y falsedad de una teoría?
      • ¿Qué implica realmente estar "más cerca de la verdad" si la verdad completa sigue siendo inalcanzable?
  • Impacto del concepto en la metodología científica:


    1. Flexibilidad del falsacionismo:

      • El concepto de verosimilitud enriquece la visión popperiana, haciéndola menos negativa y más orientada al progreso.
      • Reconoce que la ciencia avanza hacia teorías más útiles y aproximadas a la realidad, incluso si estas nunca son absolutas.
    2. Evaluación de teorías:

      • La corroboración y la verosimilitud permiten que los científicos elijan entre teorías competidoras basándose en criterios racionales, como la cantidad de evidencia a favor y la reducción de errores.
    3. Popper y el progreso científico:

      • Popper suavizó la aparente dureza de su falsacionismo original, destacando que, aunque las teorías son provisionales, pueden ser refinadas y mejoradas en un proceso continuo de acercamiento a la verdad.                                                                                                                                    
    El problema de la demarcación: 
  • El problema de la demarcación en la filosofía de la ciencia se refiere a cómo distinguir entre teorías científicas y aquellas que no lo son (como la metafísica o las pseudociencias). Karl Popper abordó este problema desde su perspectiva del falsacionismo, ofreciendo un criterio alternativo al de los positivistas lógicos.

      • Para los positivistas del Círculo de Viena, una teoría es científica si puede ser verificada empíricamente.
      • Las proposiciones no verificables, como las afirmaciones metafísicas o astrológicas, son consideradas sin sentido.
    1. Por ejemplo:

      • Una afirmación como "Juan tiene una infección viral" es científica porque puede ser verificada mediante un análisis de sangre.
      • Afirmaciones como "Juan tiene un alma inmortal" o "Juan es introvertido porque es Escorpión" no pueden verificarse experimentalmente y, por tanto, son pseudocientíficas o metafísicas.
    2. Crítica de Popper:

      • Popper rechaza la verificabilidad como criterio porque considera que las teorías científicas son, por naturaleza, inverificables. No podemos confirmar universalmente que una teoría sea verdadera en todos los casos posibles.

    El criterio de falsabilidad de Popper:

      • Una teoría es científica si es falsable, es decir, si puede ser sometida a pruebas que potencialmente podrían demostrar su falsedad.
      • Las teorías no falsables no son científicas porque no se arriesgan al error; son inmunes a cualquier evidencia contraria.
    1. Ejemplo:

      • La afirmación "Juan tiene un alma inmortal" no puede ser falsada por ninguna observación o experimento; por tanto, es no científica.
      • Por el contrario, la hipótesis "El agua hierve a 100 °C a nivel del mar" es falsable porque podemos diseñar experimentos para probar si es incorrecta.
    2. Implicaciones:

      • Las teorías científicas deben exponerse constantemente a refutaciones, mientras que las pseudociencias tienden a protegerse de ellas.

    Metafísica y pseudociencia según Popper:

    1. Metafísica:

      • Popper no considera a la metafísica como inútil o carente de sentido, sino simplemente como no científica.
      • La metafísica puede inspirar investigaciones científicas futuras, como por ejemplo el atomismo de la Antigüedad, inicialmente una doctrina metafísica, inspiró experimentos en el siglo XIX que la convirtieron en una teoría científica.
    2. Pseudociencia:

      • Para Popper, las pseudociencias son más peligrosas que la metafísica porque se disfrazan de ciencia y confunden al público.
      • Ejemplos:
        • Astrología: Se ajusta a cualquier resultado; no puede ser falsada.
        • Psicoanálisis y marxismo: Aunque tienen apariencia científica, también son infalsables.
          • Psicoanálisis: Cualquier comportamiento humano puede interpretarse como prueba de sus principios.
          • Marxismo: Cualquier evento social es explicado por la "lucha de clases", sin posibilidad de refutación.

    Ventajas del criterio de falsabilidad:

    1. Promueve el espíritu crítico:

      • Obliga a los científicos a formular teorías que se puedan someter a prueba.
      • Facilita la distinción entre ciencia y dogma.
    2. Flexibilidad frente a la metafísica:

      • Reconoce que, aunque la metafísica no es científica, puede ser valiosa para el desarrollo del conocimiento.
    3. Protección frente a pseudociencias:

      • Ayuda a desenmascarar teorías que se presentan como científicas, pero que no soportan el escrutinio crítico.

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  •      Karl Popper, en La sociedad abierta y sus enemigos, realiza una crítica profunda al totalitarismo como modelo político y social, señalando que este surge de una visión errónea sobre la historia y el papel del individuo. Para Popper, la sociedad abierta, fundamentada en el liberalismo, es el antídoto contra el totalitarismo, representado históricamente por sistemas filosóficos como los de Platón, Hegel y Marx. A continuación, se explica su postura.
  • El historicismo: base del totalitarismo:

    1. El historicismo es una filosofía que propone que la historia humana está regida por leyes universales inevitables, similares a las leyes físicas.

      • Según el historicismo, estas leyes permiten predecir el futuro de la humanidad, como el establecimiento de un "Estado perfecto" (Hegel) o una "sociedad sin clases" (Marx).
    2. Crítica de Popper:

      • Niega la existencia de tales leyes universales en la historia, ya que el desarrollo humano es indeterminado y depende de la libertad de acción de los individuos.
      • Si bien acepta la existencia de leyes sociales de carácter más limitado (por ejemplo, que toda revolución genera una reacción), estas no permiten prever el curso general de la historia.
    3. Errores del historicismo:

      • Confunde las profecías con predicciones científicas.
      • Reduce a los individuos a simples instrumentos de fuerzas históricas, eliminando su autonomía.

    Sociedad cerrada vs. sociedad abierta:

    1. Sociedad cerrada:

      • Es un sistema totalitario donde el individuo es subordinado a una entidad superior como el Estado o la clase social.
      • Ejemplos históricos:
        • Platón: Proponía un Estado totalitario liderado por una élite sabia, rechazando la democracia de su tiempo.
        • Hegel: Consideraba que el desarrollo histórico inevitable llevaría al Estado absoluto, como el prusiano de su época.
        • Marx: Profetizaba el advenimiento de una sociedad sin clases tras una revolución proletaria.
    2. Sociedad abierta:

      • Es un modelo democrático y liberal donde los individuos tienen derechos y libertad para cuestionar al poder.
      • Características:
        • El poder está descentralizado y sujeto a controles institucionales.
        • La política se orienta al beneficio de los individuos, no de una instancia abstracta como "el Estado" o "la clase".
        • La verdad y el progreso surgen del debate crítico y no de dogmas o leyes históricas.

    Reformas vs. revoluciones:

    1. Crítica al espíritu revolucionario:

      • Popper rechaza las revoluciones que buscan transformar radicalmente una sociedad, ya que suelen ser impredecibles en sus consecuencias y generar caos o nuevos sistemas autoritarios.
      • Ejemplo: Las revoluciones marxistas, que pretendían instaurar una utopía, frecuentemente dieron lugar a regímenes totalitarios.
    2. La ingeniería social gradual:

      • Propone un enfoque reformista para resolver problemas sociales.
      • Similar al método científico, consiste en:
        • Identificar un problema específico.
        • Implementar soluciones de forma progresiva, evaluando los resultados.
        • Ajustar según sea necesario.
      • Ventaja: Evita el riesgo de intentar cambiarlo todo al mismo tiempo, lo que suele conducir al fracaso.
    3. Excepción revolucionaria:

      • Popper solo justifica revoluciones que derroquen regímenes autoritarios para instaurar democracias, es decir, transiciones hacia sociedades abiertas.

    Críticas específicas a Platón, Hegel y Marx:

    1. Platón:

      • Popper interpreta su modelo político como una reacción aristocrática contra la democracia ateniense.
      • Propugnaba un Estado fuerte, liderado por una élite sabia, que sacrificara la libertad individual en favor de un orden absoluto.
    2. Hegel:

      • Para Hegel, el desarrollo histórico era inevitable y llevaba al establecimiento del Estado absoluto.
      • Popper lo critica por justificar regímenes autoritarios como el Estado prusiano, subordinando a los individuos a un ente superior.
    3. Marx:

      • Popper reconoce el valor del análisis de Marx sobre el capitalismo y su preocupación moral por la explotación de los obreros.
      • Sin embargo, critica:
        • Su determinismo económico: la idea de que la economía define completamente la vida humana.
        • Su historicismo: la predicción de una sociedad sin clases como resultado inevitable de las leyes históricas.
        • Las revoluciones violentas promovidas por Marx, que Popper considera arriesgadas y potencialmente dañinas.

    La sociedad abierta como solución:

    1. Democracia y pluralismo:

      • Una sociedad abierta permite la crítica constante, lo que impide que el poder se vuelva absoluto.
      • La diversidad de opiniones y la libertad de expresión son esenciales para su funcionamiento.
    2. Responsabilidad individual:

      • Contrariamente a la visión historicista, Popper defiende que los individuos no están determinados por su clase o economía, sino que tienen la capacidad de actuar libremente y asumir responsabilidad.
    3. Progreso mediante ensayo y error:

      • En lugar de perseguir utopías, las sociedades abiertas avanzan resolviendo problemas concretos, paso a paso, fomentando la creatividad y el aprendizaje.
  • miércoles, 13 de noviembre de 2024

    Hilary Putnam: El Pragmatismo Un Debate Abierto

     



        Hilary Putnam comienza señalando cómo hoy valoramos la tolerancia y el pluralismo, algo que en el pasado, incluso en sociedades ricas en diversidad de opiniones como la antigua Atenas o el Imperio Romano, se percibía como un signo de decadencia. La Ilustración fue crucial para cambiar esta visión, buscando una base sólida que permitiera a las sociedades aceptar la diversidad sin una religión o moral única. Sin embargo, este pluralismo también trajo consigo un escepticismo epistemológico, que hoy plantea el reto de evitar caer en un escepticismo moral extremo sin recurrir al autoritarismo. Estas tensiones llevaron a Putnam a explorar el pragmatismo, en especial en los escritos de Peirce, James, Dewey y Wittgenstein, por su afinidad en tratar las cuestiones de hecho y valor como inseparables. En su libro, Putnam busca mostrar cómo el pragmatismo ofrece mejores herramientas para enfrentar los problemas éticos y epistemológicos actuales.

        En el primer capítulo, Putnam reivindica la filosofía de William James.

        William James es una figura duradera en la filosofía, cuya obra ha generado intensas reacciones tanto favorables como desfavorables. Aunque Bertrand Russell ridiculizó su concepción de la verdad, también valoró su "empirismo radical" o "monismo neutral". Otros críticos como Martin Gardner cuestionaron su reinterpretación del concepto de verdad, mientras que admiradores como Jacques Barzun elogiaron su vigor intelectual. Para Putnam, la relevancia de James reside en su enfoque holístico, en el cual hechos, valores y teorías son inseparables, y su tendencia hacia un "realismo directo," que asume que percibimos el mundo externo, no meramente datos internos. Aunque estos enfoques parecieron contradictorios para algunos, Putnam y otros sostienen que son interdependientes y esenciales para comprender la filosofía de James.

        William James es a menudo malinterpretado en su teoría de la verdad, especialmente cuando Bertrand Russell lo acusa de sostener que algo es verdadero solo si sus efectos son beneficiosos. Sin embargo, James no dice esto; más bien, sugiere que la verdad es un "expediente" de pensamiento, es decir, que lo verdadero es aquello que funciona y que responde bien a la experiencia en diversos contextos, aunque pueda necesitar ajustes. James enfatiza que la verdad no debe ser vista como una “correspondencia” abstracta y misteriosa con la realidad, sino como algo que se alcanza mediante la confirmación en condiciones ideales y prolongadas de investigación. Al igual que Peirce, James ve la verdad como un "destino del pensamiento" o una meta final a la que se llegaría si la investigación continuara bajo condiciones óptimas y responsables, un enfoque que no confunde verdad con simple confirmación.

        Para James, la verdad es una forma de pensamiento práctico y adaptable, similar a cómo la justicia guía nuestra conducta. James afirma que lo verdadero es aquello que "conviene" en un sentido amplio, lo cual implica una perspectiva más compleja y evolutiva de la verdad, en la que esta se ajusta a nuestras experiencias y creencias conforme éstas se confrontan y refinan a través del tiempo.

        Putnam también compara las ideas de James con el concepto de significado en Ludwig Wittgenstein, resaltando cómo ambos filósofos han sido malinterpretados al simplificar o sacar de contexto sus expresiones. Además, examina la conexión de la verdad con la "confirmación" en el pensamiento de James y su relación con la obra del lógico Alfred Tarski, sosteniendo que James no confunde ambos conceptos, sino que ve la verdad como algo idealizado y alcanzable solo a través de un proceso prolongado de investigación y ajuste.

        Por último, Putnam explora el rechazo de James a dualismos rígidos, como el de hecho y valor, y su concepción del conocimiento como una mezcla interdependiente de teorías, valores e interpretaciones. James argumenta que nuestro entendimiento de la verdad y de los hechos está profundamente condicionado por nuestras prácticas y contexto cultural, lo que convierte a la verdad en un proceso dinámico, donde tanto el conocedor como el conocimiento se influencian mutuamente.

        William James aborda el realismo “directo” o la idea de que la percepción conecta con objetos y eventos externos, en lugar de depender de datos sensoriales internos. La propuesta de James es un intento de superar el dualismo clásico (separación entre el yo y el mundo) y se complementa con su postura pragmática. Según James, los conceptos de verdad y realidad no deben entenderse como absolutos, sino como construcciones humanas prácticas que nos permiten interactuar con el mundo de manera efectiva. Este enfoque implica que los individuos co-determinan la verdad dentro de un mundo común compartido.

        James y el pragmatismo rechazan el escepticismo radical, defendiendo que la duda requiere una justificación similar a la de la creencia. Además, el pragmatismo sostiene un falibilismo en el que ninguna creencia está exenta de revisión, pero también enfatiza que la posibilidad de error no invalida nuestras percepciones del mundo.

        Este enfoque se asemeja al último Wittgenstein, quien considera que el conocimiento depende de nuestra “forma de vida” y que las percepciones compartidas de la realidad no requieren un acceso preconceptual, sino una capacidad para formar conceptos comunes. Al igual que James, Wittgenstein cuestiona la idea de verdades absolutas y sostiene que la correspondencia con la realidad es un reflejo de nuestras prácticas lingüísticas y sociales.

        Este realismo pragmático de James combina un reconocimiento de la falibilidad de nuestras creencias con una confianza en nuestra capacidad para acceder y construir un mundo compartido, sin necesidad de certezas metafísicas.

        Para William James, la filosofía tiene como cuestión central el "cómo vivir", semejante a la visión de Sócrates. Sin embargo, James no acepta la separación entre una filosofía dedicada a la vida y otra enfocada en cuestiones técnicas. En su perspectiva, la filosofía ideal une ambas facetas: los ideales personales y la visión del mundo deberían sostenerse mutuamente, y un enfoque puramente teórico resulta insuficiente para responder a las necesidades profundas de la vida.

        James enfatiza que cada persona debe tomar decisiones por sí misma, sin depender de una autoridad externa para definir sus principios. Esta autonomía filosófica resuena con el ideal de Kant de “atrévete a pensar” y la idea de Wittgenstein de que, en última instancia, no existe un método definitivo para decidir los principios correctos. Según el pragmatismo de James, el proceso de investigación y la experiencia misma son los que nos enseñan mejores formas de resolver diferencias y avanzar en la comprensión de nuestras vidas y principios. La filosofía de James, a pesar de sus imperfecciones, ofrece un "alimento sustancioso" tanto para el pensamiento como para la vida práctica.

        En el segundo capítulo, explora la posible tendencia pragmática en el último Wittgenstein y su relación tanto con Kant como con el pragmatismo de filósofos como William James. La obra de Wittgenstein, lejos de ser una simple crítica a la filosofía tradicional, puede verse como una continuación y reinterpretación de sus ideas. A diferencia de lo que algunos piensan, el objetivo de Wittgenstein no es "terminar" con la filosofía, sino ayudar a modificar nuestra forma de ver y entender el mundo sin imponer tesis filosóficas permanentes.

        En relación a Kant, Wittgenstein hereda la idea de que nuestras descripciones del mundo no son copias directas de la realidad, sino que están condicionadas por nuestras elecciones conceptuales. Aunque Kant planteaba que ciertas estructuras trascendentales de la razón influían en nuestra percepción del mundo, Wittgenstein va más allá, sugiriendo que no existen descripciones del mundo independientes de nuestro lenguaje y puntos de vista humanos. Wittgenstein también critica la búsqueda de definiciones absolutas en la epistemología, señalando que términos como "conocer" no tienen un significado fijo, sino que su uso evoluciona en función de cómo los humanos siguen creando y adaptando sus "juegos de lenguaje".

        Wittgenstein muestra una tendencia hacia el pluralismo, inspirado por Kant, quien vislumbró diferentes perspectivas del mundo (científica, moral, estética y religiosa) que no pueden reducirse entre sí. Wittgenstein, al igual que los pragmáticos, rechaza la idea de que haya un solo criterio definitivo o estructura inmutable para determinar el conocimiento.

        Rorty, en La filosofía después de la filosofía, adopta una postura que se aproxima a la concepción wittgensteiniana del lenguaje, según la cual lo que es verdadero o falso depende de las reglas de los "juegos de lenguaje" en los que participamos. Sin embargo, Rorty va más allá al tratar los juegos de lenguaje como sistemas automáticos, donde las reglas son semejantes a algoritmos o programas, lo que lleva a una visión mecanicista de los seres humanos como autómatas lingüísticos. En esta interpretación, no hay un juego de lenguaje "mejor" que otro, más allá de ser adecuado a ciertos intereses.

        Putnam, sin embargo, critica esta visión, argumentando que Rorty distorsiona el sentido del pensamiento wittgensteiniano. Para Wittgenstein, el lenguaje no es un conjunto de reglas mecánicas, sino un fenómeno dinámico que está profundamente vinculado con nuestras prácticas y la capacidad de juzgar la coherencia y la evidencia en distintos contextos. Por ejemplo, en el caso de la afirmación sobre los prisioneros de guerra en Vietnam, Wittgenstein diría que existen verdades objetivas en ciertos juegos de lenguaje, aunque algunas personas no sean capaces de verlas debido a sus limitaciones cognitivas. Para Wittgenstein, no todos los juegos de lenguaje son iguales, y no todos los puntos de vista son igualmente válidos: algunos son más adecuados que otros, en función de su conexión con la realidad y la evidencia.

        Putman también sugiere que Wittgenstein permitiría una evaluación de los juegos de lenguaje en términos de mejores o peores prácticas, cuestionando así la afirmación de Rorty de que la superioridad de un juego de lenguaje sólo es válida en relación a intereses específicos. Para ilustrar la diferencia, el autor evoca los ejemplos de Wittgenstein sobre la “ordalía” o la prueba del fuego, juegos de lenguaje primitivos que, según Wittgenstein, pueden ser vistos como absurdos o criticables.

        Al final, Putman reconoce en la interpretación de Rorty una característica genuina del pensamiento wittgensteiniano: el pluralismo kantiano que rechaza la idea de que un solo juego de lenguaje pueda arrogarse el derecho de describir la “naturaleza última de la realidad”. No obstante, concluye que Wittgenstein también permitiría un grado de evaluación y crítica entre juegos de lenguaje, una postura que Rorty tiende a descartar en su interpretación más radical del pluralismo lingüístico.

        Putnam explora la relación entre las ideas de Wittgenstein y Kant, enfocándose en sus diferencias y en cómo Wittgenstein "naturaliza" algunas de las nociones kantianas. Esta "naturalización" implica un enfoque menos abstracto y más práctico de la filosofía, evitando posiciones metafísicas rígidas. Wittgenstein abandona conceptos fundamentales en Kant, como la "cosa en sí", la síntesis a priori y el marco categorial, que Kant usaba para explicar los límites y estructuras de nuestro conocimiento del mundo.

        Mientras que Kant sostenía que no podemos conocer el mundo tal como es "en sí", Wittgenstein rechaza esta afirmación, argumentando que incluso plantear la imposibilidad de conocer la realidad tal cual es resulta ininteligible y un juego de pseudoproposiciones sin sentido. Para Wittgenstein, el error de la filosofía es tratar de establecer verdades absolutas sobre problemas que no son genuinos. Según Putnam, Wittgenstein intenta que el lector se libere de afirmaciones absolutas del tipo "podemos" o "no podemos" conocer la realidad en sí, sugiriendo que estos límites filosóficos son solo ilusiones o malentendidos del lenguaje.

        Putnam también examina la idea kantiana de la "primacía de la razón práctica". En Kant, la ética y los valores políticos tienen un papel superior al conocimiento teórico. Kant creía que conceptos como la autolegislación (inspirada en Rousseau) y la unión libre de ciudadanos eran necesarios para una sociedad justa. A nivel teórico, Kant argumentaba que la imagen unificada de la naturaleza, como un sistema de leyes, no puede derivarse de la razón teórica sola, sino que es impulsada por ideales prácticos de la razón, es decir, nuestra necesidad de ver el mundo como un todo coherente.

        Putnam relaciona esto con el pragmatismo y la "crítica de la cultura" propuesta por John Dewey, quien rechaza el apriorismo de Kant, pero comparte su énfasis en una filosofía orientada a la práctica y no a la metafísica pura. Para Dewey, la filosofía debe enfocarse en criticar la cultura y sus ideales, en lugar de construir teorías abstractas sobre la naturaleza de la realidad.

        Putnam sugiere que, aunque Wittgenstein y Kant abordan la moral desde enfoques distintos, comparten una visión sobre la importancia de la práctica y el impacto moral de la filosofía. Aunque Wittgenstein evitaba declaraciones morales directas, Putnam interpreta que su filosofía implica una intención moralizadora: un "redimensionamiento" del pensamiento moral en el cual la práctica ética, la comunicación y la vida cotidiana son centrales, tal como en la filosofía de Kant.

        Hilary Putnam explora la dimensión ética en la filosofía del último Wittgenstein, sugiriendo que este autor concede primacía a la razón práctica. Putnam contrasta su interpretación con la de filósofos como Horwich y Rorty, quienes ven el "juego de lenguaje" de Wittgenstein en términos de "condiciones de afirmabilidad", es decir, criterios observables que permiten a los hablantes decidir cuándo una afirmación es verdadera. Horwich sugiere que entender estas condiciones equivale a comprender el significado de una afirmación. Putnam critica esta visión, que considera positivista, ya que se limita a lo observable y descuida el trasfondo cultural y experiencial involucrado en la comprensión de un juego de lenguaje.

        Putnam argumenta que, según Wittgenstein, el significado de un juego de lenguaje va más allá de la mera observación de patrones de conducta verbal y requiere una comprensión más profunda. Por ejemplo, el "juego de lenguaje" de un electricista no solo implica conocer reglas sobre cuándo un voltímetro indica corriente, sino también comprender cómo y cuándo cuestionar esos indicadores en situaciones reales. Este tipo de conocimiento práctico no se aprende simplemente mediante reglas, sino que depende de la experiencia y el juicio. Esta visión sugiere que para entender un juego de lenguaje, se debe conocer el contexto y el trasfondo de quienes lo practican.

        Putnam menciona la importancia de comprender las "formas de vida" que subyacen a los juegos de lenguaje, idea que Wittgenstein también desarrolla en sus estudios sobre lenguaje religioso, científico y cultural. Para Wittgenstein, no se puede juzgar un juego de lenguaje desde fuera de su contexto cultural; para comprender verdaderamente una forma de vida, es necesario asumir una postura empática y reconocer el valor de sus prácticas, en lugar de descartarlas como acientíficas o irracionales.

        Putnam sostiene que Wittgenstein no buscaba desarrollar una teoría del significado sino enfatizar la importancia de la práctica en la filosofía, lo cual se acerca al pragmatismo. Aunque Wittgenstein no se identificaba como pragmatista, Putnam lo relaciona con el pragmatismo de Dewey, que propone que la filosofía debe criticar y enriquecer nuestras instituciones y costumbres desde un enfoque práctico. Para ambos, la filosofía no trata de descubrir verdades metafísicas, sino de mejorar la vida práctica y moral.

        Finalmente, Putnam concluye que la filosofía del último Wittgenstein incorpora una "primacía de la práctica". Wittgenstein cree que la filosofía debe ayudar a clarificar el uso del lenguaje y promover un entendimiento mutuo entre diferentes formas de vida. Esta visión rechaza las teorías absolutas y propone una actitud ética de comprensión y valoración del otro.

        Putnam habla de la "interdependencia" o "compenetración" entre hechos y teoría, una idea central en la filosofía de William James. Esto quiere decir que los hechos y las teorías no son totalmente independientes: un hecho siempre está en cierto grado interpretado por una teoría, y una teoría, a su vez, se apoya en hechos observables.

        Por ejemplo, cuando digo "Me he equivocado al castigar a los niños", estoy emitiendo un juicio de valor, mientras que al decir "Mi paraguas está en el armario", en apariencia sólo estoy afirmando un hecho. Sin embargo, ambos enunciados dependen de conceptos o reglas preexistentes que guían cómo interpretamos estos hechos o valores.

        Algunos filósofos sugieren que hay distinciones entre hechos de observación, generalizaciones inductivas (ideas que se infieren de varios casos), y abducciones (teorías que explican los hechos). Pero incluso las observaciones más simples dependen de un fondo teórico, de ciertas "leyes" implícitas que asumimos, como que los objetos tienen peso o que, si muevo la cabeza, la vista cambiará en consecuencia.

        Un ejemplo famoso del filósofo Ian Hacking menciona que, si podemos manipular positrones (partículas subatómicas), entonces podemos considerarlos "reales". Pero la teoría cuántica nos indica que los positrones no siempre tienen una identidad clara, numerable o localizable; es decir, su "realidad" depende de la interpretación teórica que tenemos. Por eso, no podemos decir simplemente que algo es "real" sin tener en cuenta las teorías que nos permiten entenderlo.

        Gadamer distingue entre "hechos" y "hermenéutica" (interpretación) en el lenguaje y el significado. Según él:

    1. Hechos: Son afirmaciones claras sobre el significado directo de las palabras, como "parlez-vous français?" significa "¿hablas francés?". Esto no implica interpretación, sólo entender el significado literal.
    2. Interpretación o Hermenéutica: Es necesaria cuando hablamos de significados profundos o simbólicos, especialmente en contextos religiosos o filosóficos. Por ejemplo, "Ama a tu prójimo como a ti mismo" requiere saber su significado literal y después interpretarlo en un contexto espiritual o moral.

        Sin embargo, Gadamer no ignora que el significado de muchas palabras puede depender de la cultura, lo que hace que algunas traducciones (como "bosorkanyok" que significa "bruja") necesiten entender la cultura para comprender el significado de "bruja" en ese contexto específico. Aquí, el significado literal no puede separarse del contexto cultural (interpretación).

        Por otro lado, Wittgenstein también menciona que el lenguaje está relacionado con nuestra "forma de vida". Es decir, el lenguaje no es solo un conjunto de palabras, sino que está inmerso en nuestras experiencias y en cómo entendemos el mundo. No se puede separar el hecho del valor cultural que tiene, ya que lenguaje y cultura están interconectados.

        Finalmente, John McDowell y otros filósofos agregan que nuestras percepciones del mundo no solo provocan ideas, sino que también pueden justificarlas. Esto significa que cuando "vemos" algo, no solo es una imagen, sino que incluye una interpretación basada en nuestras creencias. Sin embargo, esto puede ser un problema, ya que esas interpretaciones pueden estar contaminadas por prejuicios. Por ejemplo, alguien podría ver a otra persona como “inferior” o como una “bruja” debido a ideas preconcebidas.

        Tanto Gadamer como Wittgenstein y McDowell muestran que lenguaje, percepción e interpretación están profundamente conectados con nuestra cultura y creencias, y que es difícil separarlos en "hechos" y "valores" porque todos influyen mutuamente.

        Para entender la respuesta pragmática al escepticismo, Putman descompone las ideas centrales de Peirce y Dewey sobre la duda y el conocimiento práctico. Aunque los seres humanos somos falibles, esto no significa que debamos caer en un escepticismo total en el que dudamos de absolutamente todo.

        Charles Peirce distingue entre la duda real y la duda filosófica. La duda real es la que surge naturalmente cuando algo desafía nuestras experiencias o creencias. Por ejemplo, si alguien nos dice que el sol se apagará mañana, esto nos genera dudas reales porque afecta nuestra vida de una forma directa. Sin embargo, la duda filosófica es una duda abstracta o "teórica", sin base en una preocupación o problema inmediato. Por ejemplo, hace siglos, las personas creían en la brujería como explicación para ciertas tragedias. Hoy, sabemos que no es así, pero esto no nos hace dudar de todos los fenómenos naturales. La idea de Peirce es que no podemos activar una "duda real" a voluntad o por el simple deseo de cuestionar algo. La duda surge de un conflicto o problema genuino en nuestra experiencia.

        La falibilidad humana es reconocida por los pragmáticos como una realidad. Aceptar nuestra falibilidad nos hace más conscientes y cuidadosos en nuestro pensamiento. Sin embargo, los pragmáticos señalan que esta falibilidad no nos obliga a desconfiar de absolutamente todo lo que sabemos. Saber que una receta puede salir mal en la cocina no implica que dudarás de cada ingrediente o cada paso. La experiencia práctica te ayuda a mejorar y a evitar errores, pero no invalida el proceso de cocina en general. Igualmente, aunque nuestras creencias puedan fallar en ciertos aspectos, esto no significa que debamos descartar todo conocimiento.

        Tanto Peirce como Dewey argumentan que intentar encontrar una certeza absoluta es un error, porque el conocimiento siempre se adapta y cambia según las nuevas evidencias y experiencias. La ciencia y el conocimiento en general no pueden ser completamente predecibles ni infalibles porque están en constante evolución. Al investigar un problema, no usamos un "algoritmo mágico" que nos diga de forma definitiva qué es cierto y qué no lo es. Más bien, la investigación es un proceso dinámico, donde vamos probando, experimentando, y ajustando nuestras ideas según lo que descubrimos. No es un método perfecto ni absoluto, pero es el mejor enfoque para dirigir nuestra búsqueda de conocimiento.

        Peirce y Dewey contrastan sus ideas pragmáticas con el enfoque formalista de Rudolf Carnap, quien trabajaba bajo una perspectiva más teórica y estructurada de la lógica inductiva (o lógica de las probabilidades). Para Carnap, lo importante eran los datos y su confirmación lógica. No hacía distinción entre observaciones activas (experimentos) o pasivas (meramente observacionales), lo que en la práctica significaba que daba igual cómo se generaban los datos, mientras fueran datos observacionales. Los pragmáticos, sin embargo, ven esta falta de contexto experimental como un problema. Sostienen que la experiencia activa, y la forma en que interactuamos e intervenimos en el mundo, afecta de manera crucial el conocimiento que obtenemos. No podemos reducir el conocimiento a fórmulas aisladas de la realidad, pues el conocimiento no es sólo datos estáticos, sino un proceso activo y dinámico.

        Putnam compara dos enfoques diferentes sobre cómo debe llevarse a cabo la investigación científica y la búsqueda de la verdad: el positivismo lógico de Rudolf Carnap y el pragmatismo de filósofos como John Dewey y Charles Peirce.

        Carnap y otros positivistas lógicos veían la investigación científica como un proceso similar a un cálculo matemático, una serie de pasos lógicos que se podrían llevar a cabo de manera predecible y sin depender del contexto. La idea es que, mediante la lógica y los datos observacionales, podríamos aplicar un “algoritmo” para confirmar o descartar teorías. Imagínate que estás observando una serie de bolas de diferentes colores sacadas de una urna. Según el enfoque de Carnap, podrías predecir el color de las bolas restantes basándote únicamente en la frecuencia de colores observados. Este es un método pasivo y no interactivo, en el que solo cuentas y registras datos sin intervenir activamente. Para Carnap, si el científico cumple con un proceso formal —un “algoritmo” de observación y lógica—, podría llegar a la verdad sin necesidad de interacción con otros científicos ni de contexto adicional. Este enfoque es individual y pasivo.

        Por otro lado, los pragmatistas como Dewey y Peirce ven la investigación científica como un proceso activo y colaborativo. No se trata solo de registrar datos, sino de interactuar activamente con el entorno (haciendo experimentos y pruebas) y de trabajar en conjunto con otros investigadores. Para ellos, la ciencia no es un proceso aislado, sino una actividad que involucra contexto, colaboración, y crítica mutua entre científicos.

         Para Peirce, no basta con observar pasivamente. Debemos poner a prueba nuestras hipótesis, incluso tratar activamente de “falsarlas” (es decir, buscar situaciones en las que podrían fallar). Este método permite descubrir si una teoría es realmente sólida.

        Dewey subraya que las ideas deben ser discutidas y criticadas. Esto significa que los científicos deben compartir sus descubrimientos y someterlos a juicio. Una persona sola puede malinterpretar o sesgar una teoría según sus propios prejuicios, pero un grupo de científicos puede encontrar fallas y sugerir mejoras en las ideas y métodos. En un equipo de científicos que discute y prueba diferentes teorías sobre una enfermedad. Cada miembro aporta su propia experiencia y opinión, y juntos prueban diferentes métodos para ver cuál da los mejores resultados. Este proceso es activo y colaborativo, y permite que las ideas se “pongan a prueba” en vez de simplemente contarse como en el ejemplo de Carnap.

        Los pragmatistas rechazan la idea de que la ciencia pueda reducirse a un “algoritmo de la verdad”, como un programa de computadora que siempre lleva a la respuesta correcta. Según ellos, la ciencia implica reglas flexibles que deben interpretarse según el contexto, y no un conjunto de instrucciones fijas. En lugar de algoritmos, usamos principios que requieren juicio humano para aplicarse correctamente. Podemos usar como ejemplo un libro de recetas. Para los positivistas, solo necesitarías seguir cada paso exactamente como está escrito, y siempre tendrás el mismo resultado. Para los pragmatistas, el cocinero debe ajustar las cantidades y los tiempos según los ingredientes y el clima, por ejemplo, lo cual requiere criterio personal y experiencia. Así, la ciencia, según los pragmatistas, es más parecida a cocinar que a seguir un programa de computadora.

        Dewey va aún más lejos y argumenta que la ciencia necesita ser democrática y ética. Esto significa que los científicos deben ser abiertos y recíprocos, permitiendo que otros critiquen sus ideas y métodos sin imponer jerarquías rígidas. La ciencia debe permitir que todos tengan una voz y que las ideas se juzguen por su valor, no por el poder o la autoridad de quien las propone. Dewey critica los “juegos de poder” y la falta de transparencia, ya que estos factores pueden limitar la calidad de la investigación científica. Según Dewey, esta estructura de autoridad puede impedir que surjan ideas valiosas o críticas necesarias. Para él, la ciencia es más fuerte cuando permite la cooperación abierta y la crítica constructiva.

        Dewey defiende que la ciencia no se puede dividir fácilmente en “ciencia pura” (por conocimiento) y “ciencia aplicada” (por utilidad), ni en “valores instrumentales” y “valores finales”. Para él, estos elementos están interconectados: la ciencia tiene un valor por sí misma, pero también ayuda a lograr otros objetivos prácticos. La investigación científica, además, debe ser democrática, con apertura a la crítica y la colaboración. Esto garantiza una práctica científica basada en normas de racionalidad y respeto mutuo, en la que el conocimiento es accesible y enriquecido por el trabajo en equipo y el diálogo.    

        El relativismo postmoderno de Rorty y Lyotard cuestiona la idea de una verdad universal. Rorty sostiene que los valores de la investigación científica, como la cooperación y la democracia, son preferencias de la cultura occidental y no verdades universales. Lyotard argumenta que, al valorar el diálogo y la democracia, se puede marginar a quienes no tienen facilidad para expresarse. Sin embargo, los pragmatistas rechazan esta postura, argumentando que la investigación científica debe estar basada en la práctica y la colaboración, no en teorías abstractas o idealismos que separan a las personas de la realidad.

        Para Dewey y otros pragmatistas, el conocimiento se enriquece mediante la práctica y la colaboración democrática, y no debe depender de dogmas absolutos ni caer en el relativismo. Para ellos, el verdadero progreso científico y ético se da a través de una investigación que permite la cooperación y la revisión constante de los métodos y creencias, sin necesidad de certezas absolutas ni de una visión pesimista de la verdad.