jueves, 15 de diciembre de 2016

5.3.4. Neolocal y unidad de producción, consumo y reproducción.



    En este post vamos a referirnos a la residencia de las familias. Vosotras, como nos sucede a todos cuando nos planteamos la cuestión por primera vez, daréis por sentado que lo normal es que el matrimonio viva en su propia casa con sus hijos. Pero esto, otra vez, vuelve a ser una opción cultural.

    Hay muchísimas posibilidades de residencia. Los más frecuentes son:

   a) Matrilocal: los esposos se van a vivir a casa de los parientes de la mujer -también se le llama uxorilocal-. Así sucedía en el Antiguo Pueblo de los Pueblos Chaco Canyon, con los Nair, la comunidad en Kerala en el sur de India, los Mosuo de Yunnan y Sichuan en el sudoeste de China, los minangkabau de Sumatra occidental, o los !Kung San del Sur de África.


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¡Kung

    Las causas de la matrilocalidad son muchas y muy variadas, pero de forma general podemos decir que en culturas en las que los hombres pasan mucho tiempo fuera, ya sea por guerras, comercio o porque tengan que cazar, es más efectivo. Si las familias tuviesen que vivir con los parientes del esposo, pasarían mucho tiempo solas. Como se comprenderá fácilmente, en este tipo de familias, al estar los varones mucho tiempo alejados, son las mujeres las que se encargan de defender y administrar los bienes e intereses de la familia. 

    b) Patrilocal: los esposos viven con los parientes del marido. -también se le llama virilocal-. Es una pauta de residencia más frecuente que la matrilocal, porque es propia de las sociedades patriarcales, que ya vimos que son las más numerosas. Estas pautas de residencia se daban en la zadruga eslava que existió hasta principios del siglo XX, y en la comunidad tácita francesa medieval campesina. 


    c) Duolocal: el marido vive en una casa y la esposa en otra. Entre los papúes, melanesios los varones viven juntos en una casa y cada mujer con sus hijos en otra. 

    d) Neolocal: los esposos se van a vivir a su propia casa, solos y/o con sus hijos en caso de que los haya. Esta es la nuestra. 


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Familia occidental en su residencia. 

    Con esto de las pautas de residencia no me refiero tanto a dónde se vive, sino a con quién se convive. Vivir juntos crea unos vínculos y unos comportamientos determinados, por eso hay que diferenciar entre familia y grupo doméstico. El grupo doméstico es el conjunto de personas que viven juntas. Normalmente en antropología se dice que el grupo doméstico es una unidad de producción, consumo y reproducción. ¿Y esto qué significa?

     1) El grupo doméstico como unidad de producción:

     La producción es el modo en que las personas consiguen bienes. Normalmente estos bienes son materiales y es lo que necesitamos para vivir. Decir que el grupo doméstico es una unidad de producción no significa que todos los miembros del grupo trabajen juntos, sino que el producto resultante de su trabajo se pone en común. Esto, aplicado a vuestras familias, quiere decir que el dinero que vuestros padres ganan todos los meses se junta. Para ello, como dije, no es necesario que trabajen en el mismo sitio. Podrían hacerlo, como por ejemplo sucede en sociedades campesinas, en las que los esposos y los hijos trabajan las mismas tierras, pero, como digo, no es necesario. 


    2) El grupo doméstico como unidad de consumo. 

    Esto quiere decir que el fruto del trabajo se pone en común y se utiliza para cubrir las necesidades del grupo. La inmensa mayoría de las necesidades son comunes a todos los miembros. A vosotras las facturas de comida y luz, las letras de la hipoteca o el coche os parecen algo ajeno, como que no va con vosotras, pero realmente, cuando vuestros padres pagan todas esas facturas, están consumiendo para todos los miembros del grupo, no solo para ellos. Es cierto que hay algunas necesidades individuales, como la ropa, por ejemplo. Pero estas necesidades siguen dentro de la familia como unidad de producción y consumo, porque el dinero nunca sale del núcleo familiar. Vuestros padres no trabajan para que el vecino se vaya de tiendas al centro comercial, sino para que lo haga su grupo doméstico. Esto es lo que significa la unidad de producción y consumo, que el grupo doméstico es autónomo desde el punto de vista económico.  


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Eso que pagan vuestros padres para que no tengáis frío.

   De acuerdo con la doctrina marxista clásica el grupo doméstico depende de la economía. Así, por ejemplo, en la Galicia antigua se vivía en la casa. La casa era la unidad de producción, consumo y reproducción. En la Galicia rural las personas vivían de trabajar las tierras. Las tierras pertenecían a las familias. Las tierras, para sacarles el mayor rendimiento, es mejor no dividirlas en las herencias. Si una tierra de un tamaño X se va dividiendo entre los hijos a la muerte de los padres, al cabo de unas pocas generaciones las parcelas son tan pequeñas que no dan el fruto suficiente para poder vivir. Para evitar eso, se optaba por la organización familiar en torno a la casa, que incluía a los esposos y los hijos varones y sus esposas y los hijos de estos. En vuestro caso, como sois mujeres, os hubieseis ido a vivir con vuestros suegros y vuestros cuñados. Así pasabais a formar parte de su grupo doméstico. Hubieseis trabajado las tierras que pertenecían a la casa de vuestro marido y hubieseis consumido dentro de ella.


     No sé si la relación es como la traza el marxismo de arriba a abajo, con la economía determinando la organización doméstica de forma unidireccional. Los modos de producción determinan las organizaciones familiares. Yo más bien diría que se trata de interdependencia. Uno y otro se retroalimentan. Pero, sea como sea, la economía y el grupo doméstico están estrechamente relacionadas. 

    Hoy en día esto de las casas gallegas no pasa. La irrupción del capitalismo, los medios de producción intensiva agrícola, la industrialización y el consiguiente cambio en las formas de trabajo, la incorporación de la mujer al trabajo, etc... han cambiado radicalmente la economía de nuestras sociedades. Ahora los nuevos esposos no tienen por qué vivir con sus padres. Así que se buscan la vida por su cuenta y se convierten en una unidad de producción y consumo independiente. 

    Evidentemente, esto son tendencias generales y son fluctuantes. Con la crisis, por ejemplo, hemos visto a muchas familias que han dejado de ser independientes económicamente y que tuvieron que ser ayudadas por los abuelos, o incluso que se tuvieron que mudar a su casa. Pero esto se entiende como un mal funcionamiento del sistema. Si las cosas fuesen bien, no tendría que ser así. 

    Algo parecido sucede con las parejas jóvenes que se independizan y son ayudadas económicamente por sus padres, sobre todo en los primeros momentos, o con los abuelos que echan una mano con los nietos, yéndolos a recoger a la guardería, dándoles de comer y todo eso. Firth, a propósito de estos temas, hizo un estudio de las familias jóvenes en Londres, lo que le llevó a hablar de familias neolocales con un fuerte sesgo matrilocal o patrilocal, en función de quién les ayudaba. 

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Abuela echando un cable.

   3) El grupo doméstico como unidad de reproducción.

    Por reproducción entendemos la reproducción biológica y social. La reproducción biológica es que los hijos se tienen dentro del matrimonio y de eso ya hemos hablado en posts anteriores. La reproducción social consiste en que la sociedad se perpetúa gracias al grupo doméstico. Meillassoux en un libro muy interesante que se llama Mujeres, graneros y capitales dice que los niños se van incorporando progresivamente a la sociedad a medida que los grupos domésticos les proporcionan los conocimientos, los hábitos y las ideas de la sociedad. Es en el seno de la familia donde os educan en los valores de la sociedad. 

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    Conclusión: En cuanto tengáis una pareja estable y rabiéis por iros a vivir juntos, que sepáis que estáis optando por la opción propia de nuestra cultura, que no tomáis esa decisión en un vacío cognitivo y emocional, sino que la sociedad os ha orientado hacia esa decisión. 

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