Una maravilla. Una auténtica joya. Un ejemplo perfecto para todos aquellos que, desde la más absoluta ignorancia, sueltan tópicos sobre el manga como:
- El manga solo es sexo y violencia. Es supermachista.
o
-A mí no me gusta. Es que los dibujos son una mierda. Son todos iguales.
Los que dicen lo primero suelen ser señores de más de treinta y cinco años que el único manga que conocen es Dragon Ball o Los Caballeros de Zodíaco. Luego vieron de pasada algo de hentai, porque, después de Akira, en los años noventa a España era lo que nos llegaba. Cosas estilo Urotsukidōji, que mezclaban la acción con violaciones y sumisión de la mujer. Y sueltan lo del machismo porque han visto de pasada algún dibujo manga de mujer y han oído por ahí que los cuerpos de la mujer en el manga están hipersexualizados.
Evidentemente hay manga hiperviolento. Dragon Ball o Los Caballeros del Zodiaco lo son. También el actual Ataque a los Titanes lo es. Asimismo, en el manga hay cuerpos femeninos hipersexualizados. Y el hentai, que existe, es un género asqueroso. Pero elevar esto a norma es como haber visto Misión Imposible y decir que no te gusta Hollywood porque el cine americano es ultraviolento y machista. En Misión Imposible -y en otras películas por el estilo- hay muchísima violencia y el cuerpo de las mujeres está hipersexualizado y, por si no fuese suficiente, la mujer es el premio que se le da al héroe masculino al final de su periplo después de haber matado a mucha gente. Sin embargo, a nadie se le ocurre elevar Misión Imposible a obra representativa del cine americano y, por tanto, en norma.
Operación Muerte es una obra violenta. Lógico, porque es un manga que habla de la guerra. Difícilmente puede hacerse sin representar la violencia. Pero aquí la violencia no es un elemento estético como en las películas de Tarantino. Es exactamente lo contrario. Operación Muerte está lleno de violencia porque quiere denunciarla. Un amigo me dijo de ella que era como La delgada línea roja, pero del lado japonés. Tiene toda la razón. Es una historia coral, en la que vemos los últimos días de vida de unos soldados japoneses. Y no me extrañaría nada saber que Terrence Malick para La delgada línea roja o Clint Eastwood para Banderas de nuestros padres se hubiesen inspirado directamente en ella.
Los personajes de este manga están perfectamente perfilados. Como dije, la idea de la obra es denunciar el absurdo de la guerra. A partir de la humanidad de los personajes, les cogemos afecto, empatizamos con ellos y, cuando mueren, Mizuki nos pone delante del horror. Por eso la obra empieza con unas aventurillas costumbristas, medio cómicas, al estilo de Las aventuras del valeroso soldado Svejk. Humanizar para reflejar el acto más inhumano.
A los segundos, a los que dicen que todos los dibujos de los manga son iguales, basta con que vean las páginas que copio a continuación. Si dicen que el dibujo manga es una mierda, es porque no han visto nada así.
Lo primero que me llamó la atención del dibujo de Mizuki es el contraste entre lo esquemático de los personajes y el hiperrealismo y el detallismo de los fondos. Es fantástico.
También es fantástico el detalle de represente al enemigo con una técnica distinta a la de los protagonistas. Normalmente no se nos muestra su cara y se les representa recurriendo al hiperrealismo. Así, por medio de una técnica pictórica, Mizuki representa cómo en la guerra se deshumaniza el enemigo.
Pero el enemigo solo aparece deshumanizado cuando está vivo. Fijaos, si no, en la expresión de los soldados americanos muertos en la viñeta de abajo de la página que copio a continuación. |
Por todo ello os invito a todos a leerla. Es un manga maravilloso.