Los seres humanos nos categorizamos unos a otros en función de los roles sociales que desempeñamos. Así por ejemplo, a una persona se la puede categorizar como profesor, varón, esposo, padre, amigo... Estos roles determinan el modo en que uno debe ser y debe comportarse y cómo los demás lo perciben y lo que sienten hacia él.
Si todo transcurre con normalidad, las personas son y se comportan de acuerdo con lo esperable de los roles que desempeñan. Sin embargo, no siempre es así. A veces, hay personas que poseen un atributo o se comportan de una forma contraria a esta normativa y así se convierten en personas estigmatizadas. Esto supone que quedan desacreditadas a los ojos de los demás. Apartarse de la norma implica el rechazo social.
Hay tres formas de estigma:
a) Por pertenecer a un grupo: por ejemplo los negros o los gitanos.
b) Alguna característica/tara física: por ejemplo un defecto que deforma la cara (te puede faltar la nariz p.e.), ser ciego, cojo, etc...
c) Algún comportamiento/hábito: ser drogadicto, prostituta, homosexual, etc...
Al final del libro Goffman indica que el estigma no divide a al sociedad en dos, por un lado las personas estigmatizadas y las normales. El estigma es una cuestión de contexto. Pongo un ejemplo mío, no de Goffman:
Un profesor de universidad gordito y feo es un gimnasio será una persona estigmatizada, ya que allí sus atributos y sus hábitos no responden a la normativa esperada. Por el contrario, en la universidad su cuerpo fofo no lo estigmatiza. Su preparación intelectual es lo que lo convierte en normal.
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