El poder psiquiátrico es un curso dictado en el College de France entre los años 1973 y 1974. En él describe y opone los mecanismos de soberanía y disciplina. Parte de la destitución del rey Jorge por parte de un médico, en la que ve la sustitución del poder basado en la soberanía por un el poder disciplinario.
El poder soberano era:
- Una relación asimétrica entre el soberano y sus súbditos. El soberano sustrae los productos y el trabajo de sus súbditos. Como contrapartida, hace un gasto, en forma de protección, por ejemplo. Pero estos gastos nunca son iguales que lo que recibe.
- Es frágil y puede acabarse en cualquier momento.
- Debido a su fragilidad, este poder tiene que justificarse de alguna manera. Para ello se basan en el pasado, en alguna victoria o conquista. Este acontecimiento se reactualiza en el presente por medio de las señales de respeto, las insignias, los blasones, etc...
- También debido a su fragilidad, tiene que recurrir a la violencia.
- Las relaciones de poder no son isotópicas, es decir, son heterogéneas. No son iguales y no pueden superponerse las relaciones entre el soberano con sus súbditos, que las del cura con los parroquianos y con el soberano, o las de los nobles con el soberano y los súbditos, etc...
- El soberano está individualizado. No así los otros participantes en este relación.
Por el contrario, el poder disciplinario es:
- Anónimo, sin nombre ni rostro. Está repartido entre varias personas.
- Se manifiesta en el carácter implacable de un reglamento.
- A difrencia de la soberanía, que sustraía el trabajo y su producto, la disciplina captura totalmente el cuerpo del individuo, sus gestos, su tiempo y su comportamiento.
- El poder disciplinario vigila constantemente, ya sea de forma directa, ya sea haciendo que el individuo sienta que en cualquier momento es susceptible de serlo. De este manera, los individuos nos convertimos en los vigilantes de nosotros mismos.
- El panóptico es el símbolo de este nuevo poder disciplinario. Las cárceles se diseñan de tal modo que los vigilantes puedan ver en cualquier momento a los presos sino que estos puedan verlos a ellos. De este modo el reo se siente permanentemente vigilado.
- Para conseguir la vigilancia perpetua, el poder disciplinario utiliza la escritura. Toda la información acerca de los individuos es registrada.
- Los dispositivos disciplinarios son isotópicos, es decir, cada uno tiene su lugar perfectamente determinado y unos se articulan en relación a los otros. Aquellos que no lo tienen, se les considera residuos. Por ejemplo, el enfermo mental.
- A diferencia de poder soberano, en el poder disciplinario la cima está despersonalizada, mientras que aquellos sobre los que recae el poder son individualizados por medio de la vigilancia y la escritura.
- El poder disciplinario se propone producir cuerpos útiles y dóciles sojuzgándolo.
Los dispositivos disciplinarios y los de soberanía convivieron durante mucho tiempo.
Los dispositivos disciplinarios nacieron con las comunidades religiosas y se extendieron entre los siglos XVI y XVIII. Esta expansión se produjo gracias a la colonización por parte del poder disciplinario de la juventud, de los pueblos colonizados -en concreto Foucault habla de los jesuitas de Perú- y de los mendigos, las prostitutas, los delincuentes, etc...
A finales del siglo XVII y en el siglo XVIII aparecen dispositivos disciplinarios que ya no son estrictamente religiosos. Son el ejército y los talleres.
La familia es el eje alrededor del cual se estructuran todos los dispositivos disciplinarios. Pese a lo que pueda parecer, a propia familia no es dispositivo disciplinario, sino de soberanía. En ella el padre -cabeza de familia- ejerce la función de soberano. A partir de este dispositivo de soberanía los individuos son adheridos a los sistemas disciplinarios. Cuando
un individuo es rechazado de un sistema disciplinario por anormal, es devuelto a la
familia, que, a su vez, decide si lo traslada o no a otro
sistema disciplinario.
Cuando la familia no cumple esta función de distribución de los individuos a dispositivos disciplinarios, surge toda una nueva serie de dispositivos para ello. Estos dispositivos son los que permiten el desarrollo de las funciones psiquiátrica,
psicopatológica, psicoanalítica, etc.
Cuando una persona quedaba fuera de la soberanía de la familia, se lo
internaba en el psiquiátrico, donde se lo adiestraba y
refamiliarizaba por medio de los sistemas disciplinarios. Así nace la psiquiatría clásica, que funcionó entre 1850 y 1930.
La psiquiatría se adueñó del discurso verdadero y, a partir de él, deducía la
necesidad del asilo y del poder médico dentro de ella.
El aparato psiquiátrico no se hizo para curar, sino para ejercer
un poder determinado sobre una determinada categoría de individuos. Este poder penetra
profundamente, creando el deseo, provocando el pacer, produciendo el saber, por lo que
resulta difícil librarse de él (Foucault, trad. 1999: 284).
El dispositivo de poder psiquiátrico funcionaba subyugando y domesticando a los locos. Para ello lo hacía depender del médico para que éste modificase su pensamiento vicioso.
En la clase del 23 de Enero de 1974 Foucault explica cómo la psiquiatría impone su poder por medio del juego de la verdad. Para Foucault la psiquiatría no es una terapeútica, sino un dispositivo de poder que impone su verdad.
El poder psiquiátrico tiene tres jtécnicas: el interrogatorio, la hipnosis y el uso de drogas. Por medio de ellas se logra que el individuo se ajuste a la norma y, al mismo tiempo, lo hacen aceptar que está loco, es decir, que no está dentro de la norma.
Foucault distingue dos tipos de verdades:
a) la verdad demostrativa o científica, que es una verdad construida que depende del sujeto. Son verdades que se producen.
b) la verdad acontecimiento, que es una verdad que hay que encontrar y para ello se utilizan ciertos rituales. Son verdades que se descubren. La ciencia no descubre verdades, sino que las produce. Es el sujeto históricamente condicionado el que las el que las produce y les da estatus de verdad.
La verdad acontecimiento arroja unas verdades que luego tienen que ser constatadas y demostradas por la verdad científica. Las ciencias nacen del recubrimiento de las verdades acontecimiento con las verdades demostrativas.
Desde el renacimiento, la verdad demostrativa se impone a la verdad acontemiento. De la mano de esta cambio, se limita el número de personas capaces de producir verdad. Son los filósofos, médicos, intelectuales, etc... que se supone que poseen los saberes calificados para producir tal verdad.
El saber psiquiátrico no puede fundarse como verdad porque no parte de una verdad acontecimiento. En este caso, el acontecimiento serían los síntomas. Pero la verdad psiquiátrica se sitúa antes, en si el individuo está o no está loco, entre la realidad y la irrealidad. La psiquiatría se formó siguiendo el modelo de la verdad demostrativa, pero es contradictoria con ella, ya que se sitúa en el límite entre verdad y mentira. El poder-saber psiquiátrico reside en que el psiquiatra produce la verdad. En el asilo es donde se realiza la locura.
Foucault le presta especial atención a las histéricas, ya que estas presentan los síntomas de la enfermedad, responden al funcionamiento de la institución asilar, responde a lo que quiere el poder psiquiátrico, pero se resiste a este poder porque se resisten al juego asilar.