domingo, 28 de febrero de 2016

El puente de los espías (Steven Spielberg)



   James Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn (Nueva York) se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS cuando la mismísima CIA le encarga una difícil misión: negociar la liberación de un piloto estadounidense (Austin Stowell) capturado por la Unión Soviética. (FILMAFFINITY)

   A estas alturas Spielberg no va a sorprendernos con una chapuza. Desgraciadamente, tampoco lo va a hacer con una obra maestra. El puente de los espías no está mal. Es entretenida y no puedo decir que haya nada que chirríe. Los personajes son creíbles, la actuación es correcta, el ritmo narrativo va bien, ambientación y vestuario también bien... Pero a la película le falta algo. Quizá yo hubiese profundizado más en la relación entre abogado y espía, quizá no hubiese incidido tanto en eso de que en EEUU hasta un enemigo público declarado tiene derecho a una defensa justa porque eso es lo que diferencia al mejor imperio del mundo del resto de enemigos de la libertad -es una americanada de carallo-, o quizá qué sé yo. El caso es que le falta algo que no puedo definir si no es apelando a una palabra de significado vago como grandeza. 

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